May 22, 2013
Source: Stay Woo |
Life is a mysterious force that pervades planet Earth. Each speck of life contains a bit of this force since it originated. All together these portions make up an entire current of life that has given rise to the Biosphere, the self-sustaining thin layer that keeps out the harshness of outer space at bay.
Likewise, a single drop of water contains a whole ocean. The mightiest river always start out as one drop... two drops... three drops... a hundred drops... a thousand drops... and then millions upon millions of drops of water until all of them combined give rise to a river.
A river which is a source of life. Water is the substance behind the force of life. Life depends on water on planet Earth. Thus, here lies water´s sacredness.
Nowhere on Earth is this best understood than in India, the mystic land where Gods and Goddesses still find a refuge and the natural elements are still revered.
In a highly homogenised and fast moving modern world, a lot of travelers search for fields where flowers of authenticity still bloom, to recapture the connection with the beauty and blissfulness of the lost paradise.
Let us take a
journey to India and explore the sacred Ganges River, from the temple of Gangotri, the place where Hindus believe that Ganges first appeared on Earth, to the Bay of Bengal, where the drops of water from the Himalayas reconnect once again with the ocean.
One drop of water from the mountains coming together with its source after wandering for thousands of years along mysterious pathways on its homeward bound trip.
So are our lives. We are drops of water that one day will reconnect with the ocean of life. It does not matter how many twists and turns we describe in our lives, we are always homeward bound.
We are an atom of water observing itself along the mysterious path of life. And we should feel blessed we have been given such a gift. A gift to ponder about life.
A gift to ponder about a drop of water. We are water captured in a single pack to observe the path of life before our eyes, just for an instant before we join the vastness of the ocean once again. Let us rejoice for that!
This is well understood in India, the land that has not yet given up its sacred vein despite the assault of the barrenness of the engine of modernity.
And indeed we do hope that India never loses this insight towards life. Now more than ever we need India´s wisdom, its knowledge and reverence for life, for we are in mortal danger of becoming mere pieces of a cold, dead machine.
Documentary in Spanish/Documetal en español:
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GANGES: UN RIO EN UNA GOTA DE AGUA
La vida es una fuerza misteriosa que impregna el
planeta Tierra. Cada partícula de vida contiene un poco de esa fuerza, desde
que se originó. En conjunto estas partes constituyen toda una corriente de vida
que ha dado lugar a la biosfera, la capa delgada autosustentable que mantiene
la dureza del espacio exterior al margen.
Del mismo modo, una sola gota de agua contiene todo
un océano. El río más caudaloso siempre comienza como una gota ... dos gotas
... tres gotas ... un centenar de gotas ... un millar de gotas ... y millones y
millones de gotas de agua hasta que todas ellas combinadas dan lugar a un río.
Un río que es una fuente de la vida. El agua es la sustancia detrás de la fuerza de la vida. La vida depende del agua en el planeta Tierra. Por lo tanto, aquí está lo sagrado del agua.
En ningún lugar de la Tierra entienden esto mejor
que en la India,
tierra mística donde los dioses y diosas todavía encuentran un refugio y los
elementos naturales son aún venerados.
En un mundo moderno rápido y muy homogenizado,
muchos viajeros buscan campos donde las flores de autenticidad todavía
florecen, para recuperar la conexión con la belleza y bienaventuranza del
paraíso perdido.
Tomemos un viaje a la India y exploremos el río
sagrado Ganges, desde el templo de Gangotri, el lugar donde los hindúes creen
que el Ganges apareció por primera vez en la Tierra, hasta la Bahía de Bengala, donde las gotas de agua de la
cordillera del Himalaya se reconectan de nuevo con el océano.
Una gota de agua de las montañas se une con su origen después de vagar durante miles de años a lo largo de rutas misteriosas en su viaje de vuelta a casa.
Así son nuestras vidas. Somos gotas de agua que un
día volverán a conectarse con el océano de la vida. No importa la cantidad de
giros y vueltas que describimos en nuestras vidas, estamos siempre de vuelta a
casa.
Somos un átomo de agua observándose sí mismo a lo
largo del camino misterioso de la vida. Y debemos sentirnos bendecidos que nos
ha dado tal regalo. Un regalo para reflexionar sobre la vida.
Un regalo para reflexionar acerca de una gota de
agua. Somos agua captada en un solo paquete para observar el transcurso de la
vida fluyendo ante nuestros ojos, sólo por un instante antes de que nos unamos
a la inmensidad del océano, una vez más. Alegrémonos por eso!
Esto es bien comprendido en la India, la tierra que aún no ha renunciado a su vena sagrada a pesar del asalto de la esterilidad de la máquina de la modernidad.
Y de hecho nosotros esperamos que la India nunca pierda su
percepción hacia la vida. Ahora más que nunca necesitamos la sabiduría de la India, su conocimiento y
respeto por la vida, porque estamos en peligro mortal de ser meras piezas de
una máquina fría y muerta.
References
Klostermaier K. K. (1998). A Concise Encyclopedia of Hinduism. Oneworld Publications, Oxford, UK. 243 p.
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