Posiblemente entre los vertebrados jamás hubo y jamás habrá uno que cause el mayor espectáculo del mundo. Vivían estas aves en colonias que abarcaban cientos de kilometros cuadrados y cuando levantaban vuelo en sus rutas migratorias, literalmente cubrían el cielo, hacían una noche del día. Sus números eran gigantescos, de 3.000.000.000 a 5.000.000.000 en un sólo vuelo. Relatan que allá por el año 1866 en el sur de Ontario (Canadá), una sóla bandada tardó 14 horas en pasar, se veían a lo largo y ancho del cielo, midiendo casi 3 km de ancho y más de 700 km de largo.
Donde pasaban la noche en los bosques, dejaban una capa de guano de varios centímetros de grueso, parecía que había nevado. Eran los fertilizadores de Norte América.
Pero llegaron los colonos europeos y se pusieron afanosamente a vaciar los bosques de la tierra. Destruyeron el hábitat de estas aves y las mataron a garrotazos, con escopeta, con redes …. como pudieron. Las aves asesinadas las recogían en carretillas y se las llevaban en trenes para alimentar a los hambrientos esclavos. Incluso se las daban de comer a los cerdos en las granjas.
Un médico de Woodstock, Ontario (Canadá), llamado A. B. Welford se fue de cacería un día. Se topó con una enorme bandada de estas aves y comenzó a disparar con su escopeta como loco desde tempranas horas de la mañana. Allá como a eso de las 10:00 ya se le había acabado la munición pero ya tenía al lado suyo una prensa de 400 piezas de estas aves. Al ver Welford que las aves no paraban de pasar y volar bajo, cogió un palo y repartió garrotazos a diestra y sinietra.
El Dr. Welford mató otros cientos más de lo cual se sintió muy orgulloso, viajó a Inglaterra y se llevó un ejemplar muerto con él. Una vez en Londres se lo regaló al Sr. Percy R. Lowe en la sala ornitológica de Museo Británico de Historia Natural, quien relató la historia de la matanza en la revista especializada en cuestiones de aves, The Ibis.
Al final, no dejaron ninguna. La última murió a las 13:00 el día 1 de septiembre de 1914. Había visto la luz del día en 1885 cuando salió del huevo en el Zoo de Cincinnati. Nunca conoció la libertad. Su cuerpo congelado se lo llevaron a la Institución Smithsonian en Washington, EEUU. Erigieron una estatua en el Zoo de Cincinnati. Se llamaba Martha. ¡Si la hubiese conocido seguro que hubiera llorado!
Pero yo me lo perdí. ¡Un milagro de la vida! ¡Sí que me hubiera gustado ver esa maravilla migratoria de esas aves! Pero aún no había nacido. Tampoco vosotros que estáis leyendo este artículo (Video 1).
Video 1. Martha, la última paloma pasajera (Ectopistes migratorius).
¡Me siento robado! Me han robado algo muy precioso, algo muy bello, un trozo de la Biodiversidad que una vez fue y que nunca jamás volverá.
Esta es la triste historia de la Paloma Pasajera (Ectopistes migratorius) de Norte América. Y la historia se repite y se repetirá.
No debemos olvidarlo, porque como dice el escultor estadounidense Todd McGrain, “Olvidar es otro tipo de extinción.”
El gorrión común (Passer domesticus) será el próximo (Video 2). Y nuestras armas para acabar con él son químicas y electromagnéticas. Sin mencionar nuestra propia miopía ecológica y tacañería.
Video 2. El gorrión común (Passer domesticus), un amigo que nos acompaña en las ciudades.
Video 3. España declara la guerra a las palomas (Columba livia).
Y a los enemigos los bombardeamos (Video 4) para acabar con ellos. Si toda la especie humana desapareciese excepto por dos personas, creo que serían enemigos y se pelearían hasta la muerte.
Video 4. Bombardeo de la ciudad de Baghdad, 20 de marzo de 2003.
Sí, así somos. Debajo de la capa de pintura que nos echan en casa y en la escuela se esconde un simio asesino. Pero tiene una gota de sangre divina. Y esa es la esperanza.
Nos gusta vivir hacinados en la ciudad por questiones de sentirnos más protegidos y porque hay más probabilidades de copular y asi maximizar nuestros genes. La excusa de la educación de los hijos es una muy común para vivir en la ciudad. Pero al final también se reduce a la cuestión de reproducción. Nos gusta complicarnos la vida. Y en las ciudades además tenemos muchos amigos.
Pero hay muchos amigos que nos acompañan y no los vemos. Nunca nos acordamos de ellos. Sin embargo, nos cantan sin necesidad de ir a una sala de concierto a ver un pretencioso. Nos alegran la vida y nos hacen olvidar nuestras penas. Basta prestarles un poco de atención. Los tenemos en el jardín o el patio.
Son las aves y no “son sucias”. Este apelativo nos lo merecemos nosotros los humanos. Y por si acaso lo dudáis, de que somos la especie más sucia del planeta (Videos 5 A-B), veamos un ejemplo.
A
B
Video 5 A-B. El continente de basura en el Océano Pacifico.
Sólo de residuos de inodoro, los 47.150.800 habitantes de España arrojaron a los ríos y al mar 24.518.416.000 kg en 2010. ¡Son casi 25.000.000.000 de kilogramos sólo de mierda!
A esto hay que sumar el plástico, detergentes, productos de limpieza, etc., etc. para comprender la magnitud del grave problema medio ambiental y sanitario que tenemos en las manos y que se lo pasaremos a las futuras generaciones. Perfectamente podemos concluir que realmente no amamos a nuestros hijos y que no somos nada inteligentes.
Nuestra miopía ecológica no nos deja ver que las aves insectívoras en una ciudad son nuestras amigas, nuestras aliadas. Un individuo adulto de gorrión (Passer domesticus) puede consumir entre 7.000 a 10.000 insectos y otros bichos en una semana (Fig. 1), con un consumo diario de más de 1.000 insectos por individuo. Una familia (Fig. 2) de 40 a 60 pájaros puede consumir de entre unos 360.000 a 540.000 insectos semanalmente.
Figura 1. El trabajo de un gorrión (Passer domesticus). (Foto por: José Sánchez Trullén)
Este consumo de insectos por los gorriones está catalogado como los Servicios Ecológicos (Video 6), que son aquellos beneficios que nos da la Naturaleza y que buscamos mucho pero por los cuales nunca pagamos ni un céntimo.
Video 6. La Gran Pregunta, ¿Cuánto vale la Naturaleza?
Los árboles, por ejemplo, secuestran carbono de la atmósfera, el cual es un Servicio que ayuda a la regulación de los gases de la atmósfera. Los bosques de las montañas nos recrean el espiritu (Servicio Cultural, Estético o Espiritual) y refrescan los pulmones (Servicio Fisiológico). Los manglares en las costas ayudan a disminuir el impacto de los huracanes en las poblaciones humanas. Nunca les pagamos a las plantas por sus Servicios.
Los Servicios Ecológicos de los animales son también innumerables. Las abejas polinizan nuestras cosechas, huertos y flores, pero nunca les pagamos ni un duro. Pero se estima que sus Servicios (catalogado como Servicio de Regulación) son equivalentes a la suma de 2.000 a 8.000 millones de US$/año (1.572 a 6.291 millones de euros/año). Pero se supone que esta cifra es sólo una pequeña porción de la verdadera.
Costanza et al. (1997) estimaron el valor económico de los Servicios de Ecosistemas de la Biosfera de la Tierra entre US$16-54 trillones/año (12,6-42,5 trillones de euros/año) , con un promedio de US$33 trillones/año (25,9 trillones de euros/año). Según estos investigadores, el PNB global se considera que ronda en los US$18 trillones/año (14,2 trillones de euros/año). El valor de los Servicios Ecológicos de las bacterias y las lombrices de tierra en la creación de suelo suma tanto como toda la actividad económica del hombre en el planeta.
Nuestro principal problema es que damos por sentado, no les damos importancia, todos estos Servicios del Ecosistema. Y no nos damos cuenta de que los estamos perdiendo a gigantes pasos, demasiado rápido alrededor del mundo entero. Son beneficios que la Naturaleza nos da gratis. Si los perdemos no los podremos reponer o si acaso los ingenieros lo intentasen se darían cuenta que los costos serían prohibitivos.
Consecuentemente, es importante que los economistas tomen en cuenta el impacto de los proyectos de “desarrollo” (más bien enrrollado) en estos Servicios Ecosistémicos. Deben obligatoriamente ser considerados en la ecuación económica de cualquier nación.
Pero si los Servicios Ecológicos de la Naturaleza sujetan el “desarrollo” económico y éste a su vez impacta sobre los ecosistemas, entonces estamos en una situación problemática. Los países “desarrollados” deben desenrrollarse. Y aquí nadie va a querer bajar su nivel de vida. Sólo un nuevo paradigma nos va a librar de este embrollo.
Lo ideal sería que no necesitasemos de toda esta diarrea mental de la economía para apreciar todo lo que nos brinda gratis la naturaleza. El aproximamiento económico es muy frío. Simplemente, debemos cuidarla porque estamos profundamente conectados a ella y deberíamos amarla de verdad, tal como amamos a nuestros padres, hijos, o amantes.
Pero como el Homo sapiens ha convertido al dinero en su Dios y amo, ama nada más que el dinero y sólo el dinero y nada más que el dinero. Y sólo hablándole en su lenguaje de euros o dólares puede que entienda el valor intrínseco e incalculable de la naturaleza. Tal vez así puede que la cuide como se debe.
De todas maneras, los que siempre salen ganando con esta cuestión de la nueva ciencia de la Economía de los Servicios Ecológicos son los banqueros. Pero aún asi, vamos a utilizar este razonamiento para demostrar el porqué los gorriones (Passer domesticus) son importantes y por lo tanto debemos protegerles.
Desde hace tres años estamos estudiando a los Passer domesticus en Jaca (Huesca, España) y sus alrededores. Nuestro propósito es ponerle una etiqueta de euros a los Servicios Ecológicos que estas aves nos brindan de manera absolutamente gratuita. Tal vez así los ayuntamientos y demás personas entiendan en valor del TRABAJO de estos bellos pajarillos y se les ablanda el corazón para protegerlos.
En todo este tiempo, hemos observado unas 40 familias de gorriones en la Ciudad de Jaca. Son pequeños clanes de composición fluida, es decir que su número cambia constantemente por los individuos que se mueven de un clan a otro. Aparentemente todos están relacionados entre sí por lazos familiares, comparten genes. Por lo general el número de cada familia se mantiene alrededor de 20 a 40 individuos.
Hay tres familias de gorriones que normalmente viven en el Parque de Membrilleras de Jaca (Fig. 3) y su número oscila entre las 30 a 40 aves cada una en épocas de abundancia, como en el verano. Son las más numerosas, posiblemente se deba a que el parque es uno de los mejores lugares verdes de la Ciudad de Jaca y porque es el sitio favorito de la juventud para celebrar sus botellones por la noche, con lo cual los jóvenes dejan muchos restos de comida (pizza, pan, etc.) y los gorriones se aprovechan de los desperdicios. Aunque pase la quadrilla de limpieza del ayuntamiento por el parque, siempre se quedan migas detrás.
Figura 3. Parque de Membrilleras de Jaca (España). (http://www.jaca.es/ayto_arboles.p)
En los meses del otoño e invierno suelen agruparse las familias de gorriones. Es como una reunión familiar donde hay mucho canto y alegría. Es una buena estrategia para darse y conservar calor en las noches frias.
Los gorriones son capaces de distinguir cada miembro de la familia, a los vecinos y a los humanos, especialmente aquellos que les echan una mano para sobrevivir el ambiente hostil de una ciudad. Estamos escribiendo un libro donde incorporaremos este reporte y otras observaciones importantes sobre estas fascinantes aves.
Los Servicios Ecológicos de las 40 familias de gorriones (Passer domesticus) – o sea consumo de insectos – ronda entre 14.400.000 a 21.600.000 bichos a la semana. Las tres familias del Parque de Membrilleras de Jaca (Fig. 3) comen entre 810.000 a 1.080.000 insectos semanalmente en la primavera y el verano.
Debemos recordar que hay mucho más especies de aves que también son insectívoras en la ciudad y son aliadas del hombre, incluso el Cuervo (Corvus corax), uno de los animales más inteligentes sobre el planeta. Una bandada de Cuervos devora miles de orugas y otros insectos en los campos labrados. También son Ingenieros de Ecosistemas, ya que al ser omnívoros, cuando comen frutos silvestres dispersan las semillas por el campo.
Ahora vamos a ponerle la etiqueta del Precio en Euros a este Servicio Ecológico que los Passer domesticus hacen Gratis, sin que nadie saque un duro de su bolsillo (Fig. 4).
Figura 4. El precio del servicio ecológico del gorrión (Passer domesticus).
Desde el principio vamos a descartar otros métodos para controlar insectos como los plaguicidas porque son muy dañinos para todos, al final acaban en nuestro plato y la herencia de la Carga Ecológica le saldrá cara a nuestras futuras generaciones.
Alguien diría que no podríamos tener alimentos sino fuese por los plaguicidas pues no habría cosechas. Hay muchos mitos al respecto y todos dan vuelta alrededor de los beneficios económicos que las grandes empresas agroquímicas derivan de la venta de estos productos.
En un campo de frutales, por ejemplo, está comprobado estadisticamente, que se use o no use insecticidas siempre la pérdida oscila alrededor de un 15% de la cosecha total.
Pero la tacañería del hombre ha conducido a que ciertas frutas como la cherimoya, por ejemplo, sean envueltan en bolsas de plástico temprano en la producción. Esto conlleva a que la fruta se contamine con los ftalatos del plástico, las sustancias que le dan a la bolsa su flexibilidad. Una fruta embolsada en plástico está sometida a los procesos de migración de átomos de una superficie a otra, es todo un ecosistema molecular donde las interfaces intercambian moléculas.
Por supuesto que hay casos, que debido a los desequilibrios ecológicos o a la descompaginada ubicación del cultivo, los agricultores se ven obligados a utilizar insecticidas.
En este contexto citamos el de soja transgénica (Glycine max) que se cultiva donde antes hubo grandes bosques en la Amazonia de Brasil o en Argentina (Video 7). Sin plaguicidas o herbicidas sería prácticamente imposible sacar adelante esta cosecha sin tener pérdidas económicas o que salga rentable.
Video 7. La destrucción de los bosques nativos de Argentina para cultivar soja.
Con lo cual toda la soja que sale de Brasil o Argentina ya está muy contaminada con petroquímicos dañinos para nuestra salud, sin descontar la problemática medio ambiental a la que ya se están enfrentando allí: nacimiento de niños con deformaciones cerebrales, patologías del hígado, etc., etc. Estos problemas de contaminación también los tienen en Uruguay, Paraguay, entre otros países.
Y surge una cadena. Importamos la soja y se la damos a los animales que nos comemos. Se la echamos como alimento elaborado a base de soja contaminada a los peces en las piscigranjas flotantes en el océano o en los lagos, de esta forma ellos bioacumulan los pesticidas en sus músculos hasta llegar a nuestro plato.
Las heces de los peces de las granjas contaminan el agua debajo de las jaulas e interfieren en el buen funcionamiento de los ecosistemas acuáticos. Se están implementando otros métodos en piscigranjas de salmones en Terranova (Canadá) para solucionar estos problemas. No sería nada extraño que más tarde resultasen ser también no completamente ecológicos. Lo más adecuado sería dejar de una vez por todas el vicio de comer pescado, y los ecosistemas de la Tierra lo agradecerían.
En este contexto, los médicos deberían estudiar más sobre nutrición, ecología, contaminación ambiental y fisiología animal y humana, para que no receten comer pescado contaminado.
Hay muchos médicos que se mantienen al día en sus campos de especialización, pero otros sin embargo, están oxidados y después de haber abandonado su Alma Mater ya graduados con el diploma bajo del sobaco, jamás han vuelto a pisar la sala de una biblioteca, para consultar un journal científico y ponerse al día.
Así en España, por ejemplo, tenemos médicos en algunos pueblos que hacen recomendaciones sobre el colesterol a los jubilados, cuando ellos/ellas en la comida (el almuerzo) se devoran un cabrito entero asado de una sóla sentada. Hemos sido testigos oculares de este espectáculo, al estilo de Mr. Creosote.
Pero la historia no acaba aquí. A la soja contaminada se le extrae el aceite y la pasta que queda al final del proceso, repleta de pesticidas, nos la zampan como lecitina, sustancia que está por doquier en nuestros alimentos procesados.
Tampoco debe considerarse a los gorriones como plaga, más lo somos nosotros. Ya nos hemos adueñado de todo la Tierra, y ya estamos vendiendo parcelas en la Luna. Al rato estaremos peleándonos por un trozo en Marte. Somos simios pendencieros.
Entonces, veamos lo que podría ocurrir si exterminásemos, es decir matásemos, a todos los pájaros o desapareciesen de una ciudad con muchas áreas verdes. Ante una plaga de insectos, el ayuntamiento, en este caso el de Jaca, necesitaría contratar a 20 personas que se dedicasen exclusivamente a matar estos bichos y a un sueldo de 60 euros/día.
Para empezar necesitarían entrenamiento para que los empleados distinguiesen a los insectos “dañinos” de los beneficiosos, por supuesto dañinos desde nuestro punto de vista económico, con lo cual deberían emplear un entomólogo cuyo sueldo podría ir de €20.000 a €30.000 al año.
Se necesitarían unas dos semanas o más para que los empleados fuesen capaces de no cometer errores. Aunque conociendo las costumbres de la estrategia del esfuerzo mínimo del simio Homo sapiens, los cometerían de todas maneras, al final les daría igual matar uno u otro, no pueden ver más allá de sus narices.
Dos semanas de trabajo de los empleados públicos arrojarían €1.200 diarios por las 20 personas, por lo que serían €14.400 y ¡aún no han atrapado ningún insecto!
Finalmente, ya entrenados salen a trabajar y se dedican a buscar sólo aquellos bichos “dañinos”. Conociendo a los humanos, unas dos a cinco horas se dedicarían a deambular, a holgazanear, a bromear por allí haciendo el ver que trabajan.
Al menos aquí en Jaca es lo que ocurre cuando los jardineros del Ayuntamiento llegan a “trabajar” en el Parque de Membrilleras, aparte de contaminar el aire con los ruidos de sus máquinas. Nunca toman, posiblemente no lo saben, en cuenta que en el parque viven, especialmente en la primavera y el verano, aves que están protegidas por el Real Decreto 139/2011. Entre éstas varias están incluidas en el Migratory Bird Treaty Act (MBTA) del Departamento del Interior de los Estados Unidos, el cual protege aves migratorias. Debemos recordar que las aves no reconocen nuestras fronteras políticas.
En este parque los gorriones (Passer domesticus) conviven en diferentes épocas del año con las siguientes aves protegidas por la Ley (Real Decreto 139/2011, pág. 20945-20948): Chochín (Troglodytes troglodytes), lavandera blanca (Motacilla alba), ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), carbonero común (Parus major), pinzón vulgar (Fringilla coelebs), Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus), escribano hortelano (Emberiza hortulana), entre otras especies. El pinzón vulgar está incluido en el MBTA (pág. 9313).
Al final del día, si ha tenido éxito un empleado mostraría unos 40 insectos capturados como mucho. No es fácil encontrarlos. Si trabajase los 7 días de la semana se habría ganado €420 como pago por !sólo 280 bichos!
La captura semanal, realizada por los 20 humanos, sería de 5.600 insectos y los gastos resultarían en €8.400 por semana. Al ayuntamiento le sale a €1,50 cada insecto atrapado.
Para poder llegar a las puntas de los árboles los empleados necesitarían de vehículos especiales con largas escaleras. Con lo cual sube el precio de todo pero el rendimiento se mantendría más o menos igual, alrededor de unos 40, o como máximo unos 60 hexápodos por persona.
Ahora pongamos a 20 gorriones a trabajar. En una semana atraparían unos 180.000 insectos y si les pagásemos €60 a cada uno los gastos serían los mismos, €8.400, pero cada bicho le saldría a €0,047 al Ayuntamiento.
Para cortar gastos, el Ayuntamiento decide que va a pagar 5 céntimos por cada insecto capturado y 1.000 personas se apuntan. La captura resulta en 40.000 bichos en un día y el sueldo equivaldría a €500.
Según los estudios que estamos realizando en Jaca, a los 1.000 gorriones empleados por sus servicios ecológicos, el ayuntamiento debería pagarles €643.500 por los cerca de 1.280.000 insectos que atrapan en un día.
De igual manera, a las tres familias de Passer domesticus que viven en el Parque de Membrilleras de Jaca deberíamos pagarles €405.500 a €900.000 y a todos los gorriones de la Perla del Pirineo, como se le conoce a esta ciudad, les corresponderían €7.200.000 a €10.800.000 por los Servicios Ecológicos rendidos semanalmente.
En España se estima que hay unos 10 millones de parejas de gorriones Passer domesticus, lo que equivaldría a alrededor de 2,6 billones de insectos diariamente y a 9,4 trillones de insectos consumidos anualmente.
Si se le pagase €60 a cada gorrión diariamente (Fig. 5), el Servicio Ecológico que nos dan gratis en euros sería de unos 1,2 millones diarios y al año sumarían unos 438 billones de euros.
Figura 5. El precio de los servicios ecológicos de un gorrión (Passer domesticus).
En realidad, visto desde el punto de vista de Servicios Ecológicos prestados por las aves de la ciudad, a los Gorriones de Jaca por el Control de Plagas durante junio, julio y agosto (12 semanas) les adeudamos de €86.400.000 a €129.600.000 anualmente.
Si ellos, los Gorriones de Jaca, nos pasasen la factura retroactiva por los últimos 50 años, la cifra que les deberíamos sería astronómica, de 4.32 a 6.48 billones de euros.
Con toda la razón dice el biólogo Dr. David Suzuki de Canadá, que si le pusiésemos precio de dólar a todos los bienes y servicios ambientales que los animales y las plantas nos dan a través de todos los ecosistemas alrededor del mundo, los presupuestos de todas las naciones de la Tierra juntos no llegarían ni tan siquiera al 10%!
Para bien de los gorriones, hay naciones como Inglaterra donde esta especie de ave está protegida por la ley. Los ingleses son amantes de la naturaleza y se han dado cuenta que los gorriones son sus aliados en el control de insectos.
Es más, les proveen de comida durante los meses duros del invierno y así, según estudios ecológicos, los gorriones están más fuertes para cuando llegue su época reproductora en la siguiente primavera, de tal manera que su nidada de polluellos tienen mejores posibilidades de sobrevivir.
También en los Estados Unidos muchísima gente hace lo mismo en el invierno y a lo largo del año. Juntas estas dos naciones cada año utilizan unas 500.000 toneladas de granos para la alimentación de aves y otros animales silvestres.
¡Estamos endeudados eternamente a los GORRIONES (Passer domesticus)! ¡Que cortos e idiotas somos! ¡Y que egoistas somos que no nos acordamos de darles ni tan siquiera una miga o un granito de arroz a ellos en los meses de invierno! ¡Deberíamos declararles SAGRADOS!
Dedicatoria
Dedicamos este artículo a las personas que se acuerdan de darles migas de pan a nuestros queridos hermanos los gorriones y a otros pajarillos, a veces contra los deseos de los vecinos o ayuntamientos que no saben valorar los Servicios de un Ecosistema. También lo dedicamos a nuestros amigos de Aragón y a todos los humanos que se sienten hermanados con los animales.
Recomendaciones
Si deseáis ayudarnos a nosotros los gorriones y a nuestros hermanos ecosistémicos, escribid a los ayuntamientos, a los gobiernos, o a quien lleve las riendas, para que nos permitan existir sin miedo a morir envenenados o gaseados, o al menos que nos dejen en paz. De ser posible, que nos pasen una ley que nos proteja de verdad. Podéis usar esta carta, no la desarméis, usadla entera. Hacedla correr.
Ayudamos mucho más de lo que pensáis y no cobramos. Recordad que vosotros sí de verdad ensuciáis los ecosistemas y no nos quejamos.
Una miga de pan de tu mano cariñosa ya nos vendría bien, más en tiempos de carestía. Ojalá se os ocurriera ponernos comederos en los parques en el invierno. Recomendad que tomen la iniciativa los ayuntamientos, donde suele predominar el Miopismo Ecológico, sólo hacen cuentas con los aspectos económicos. Lo que vosotros llamáis economistas, políticos y banqueros son nuestros azotes en los ecosistemas. ¡Iluminadles la cabeza!
En la ciudad, necesitamos cajitas de madera para anidar en los árboles. Gomas de mascar en las aceras no tiréis y alegraos cuando nos veáis, pues aunque no lo creáis os ayudamos para que seáis.
Por favor, no uséis insecticidas de vuestro invento en los campos, las ciudades, los huertos o los jardines. Nos perjudican mucho a todos nosostros, a todos nuestros hermanos en el ecosistema y al final llegan a vosotros. Siempre tened en cuanta vuestro impacto en el ecosistema y examinad vuestra huella ecológica cuando vayáis al mercado a comprar vuestros alimentos.
Os recomendamos que veáis el documental HOMO TOXICUS. Es horrible lo que vosotros hacéis con todo lo que tocáis directa o indirectamente en los ecosistemas. Id al hospital para que os quiten la Mano del Rey Ecocida y os transplanten en su lugar la Mano del Rey Biofilia, de esta manera todo lo que toquéis cobre nueva vida. El planeta Tierra necesita de un Renacimiento Biosférico, donde sea la Tierra el centro de preocupación de cada uno de vosotros. Nuestra población gorrionina va hacia abajo, ¡Nos estáis matando! ¿Acaso no habéis aprendido la lección de la paloma pasajera (Ectopistes migratorius) que ya exterminasteis? ¡Ya basta de miraros el ombligo!
Educad a vuestros hijos para que respeten la fauna y flora urbana y la naturaleza más allá de la ciudad, que valoren nuestros Servicos Ecológicos. Así vosotros juntos os podáis regocijar con nuestro gorrionino jolgorio al atardecer cuando nos vamos a dormir a nuestro dormitorio.
Dejad que vuestros niños se diviertan viéndonos por allí revoloteando y cantando. Vuestros hijos ya sufren del nuevo Sindrome Deficiario de Naturaleza, caracterizado por el bajísimo contacto con seres vivos, con la naturaleza. Viven pegados a los iPads, los videojuegos o las PCs portátiles. Eso no es sano. Vosotros en el pasado habéis vivido el 99,99% de vuestra evolución interactuando con la Naturaleza. Por lo tanto cuando os hartáis de la ciudad os vais al campo, a revivir esa antigua conexión para recargar vuestras pilas. En Inglaterra ya se está estudiando el efecto positivo de nuestros cantos en vosotros los humanos.
En el verano, decidle a los ayuntamientos que organicen excursiones educativas en bicicleta con los niños dentro de la ciudad para que conozcan y respeten la fauna y flora urbana.
Respetad a aquellas personas que nos echan miguitas de pan en la ciudad y los parques. Son personas que ven el mundo de diferente manera que los demás. Son humanos que van adelantados a su tiempo. ¡Deberíais clonarlos!
Y lo que no comprendáis, no lo destruyáis. Examinad vuestras conciencias antes de proceder a destruir la fauna y flora urbana. No cometáis el mismo error que cometió China, cuando en 1958 Mao Zedong dictaminó en una campaña de higiene el exterminio de los mosquitos, las moscas, las ratas y los gorriones, la “Campaña de las Cuatro Plagas”. Afortunadamente en 1960 las autoridades chinas comprendieron que la dieta alimentaria de nuestros hermanos gorriones consistía de grandes cantidades de insectos y pocos granos.
Debéis saber que nosotros los gorriones somos pequeños pero grandes a la vez, cada uno de nosotros es un Hilo de Biodiversidad que sujeta la Biosfera entera.
Recordad el refrán “no sólo de pan vive el hombre.” Al cual alguien agregó: “pero hay gente que no merece ni siquiera pan”, especialmente aquellos que son crueles con nosotros y nuestros hermanos ecosistémicos. ¡Vivamos en paz, mis queridos hermanos humanos!
Agradecimientos
Estamos infinitamente agradecidos por la asistencia y hospitalidad a las siguientes personas: Sra. Dª Antonia S. Trullén, Sr. D. José María Sánchez Trullén y Sra. Dª Elena Gastón Nicolás. Nuestro amor y gracias van para un pajarillo muy especial que llegó a nuestras vidas, un vencejo (Opus opus), y nos inspiró a elaborar este reporte y otros que, Dios mediante, escribiremos en el futuro. Para la Sra. Milagros S. Trullén mis sinceras gracias. Agradecemos a los administradores de e-rastrillo por habernos permitido publicar en su blog. Y a vosotros, los lectores, mil gracias por vuestra paciencia.
Referencias
Si deseáis aprender un poco más sobre los gorriones, otras aves o el valor de los Servicios Ecológicos de los Ecosistemas del mundo, os recomendamos consultar:
Beaman, M. & S. Madge (2010). The Handbook of Bird Identification for Europe and the Western Palearctic. Christopher Helm, A & C Black, London. 868 pages.
Congost Cano, I. & A. Seguí Romá (2011). Las Aves Urbanas de la Nucía: Golondrinas, vencejos y aviones. Máquia, Serveis Ambientals. 6 pág.
Costanza, R., R. d´Arge, R. de Groot, S. Farber, M. Grasso, B. Hannon, K. Limburg, S. Naeem, R. V. O´Neill, J. Paruelo, R. G. Raskin, P. Sutton & M. vand den Belt (1997). The value of the world´s ecosystem services and natural capital. Nature, Vol. 387: 253-260.
Infobae.com (2010). La Pampa: estudian autorizar la caza comercial de palomas. (Atención, léase como: una licencia para matar a miles de palomas torcaza para exportarlas congeladas desde Argentina a Europa).
Lowe, P. R. (1922). A reminiscent of the last great flight of the Passenger Pigeon (Ectopistes migratorius) in Canada. The Ibis, Vol 4 (11): 137-141.
Magnussen, E. & J.-K. Jensen (2010). Breeding biology of the house sparrow (Passer domesticus) in the Faroe Islands. Fróðskaparrit 58. bok 2010: 125-132.
Pedrocchi-Renault, C. (1987). Fauna Ornítica del Alto Aragón Occidental. Monografía del Instituto Pirenaico de Ecología. 210 pág.
Summers-Smith, J. (1988). The Sparrows. T & AD Poyser, London. 342 pages.
Vincent, K. E. 2005. Investigating the causes of the decline of the urban House Sparrow Passer domesticus population in Britain. Doctoral Thesis, De Montfort University, Leicester, UK. 302 pages.
*El autor Don Hugo Guntram von Österreich und von Toskana (PhD, DVM) es miembro de la Union of Concerned Scientists of the United States of America (UCS, Unión de Científicos Comprometidos de los Estados Unidos de América).
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