“As a rule it is only scientific success stories that are published in journals and patents. As a result information contained in the scientific literature is biased towards the effects of chlorine on the properties of compounds synthesised for biological activity... It should be appreciated that industrial scientists are not motivated to prepare results for scientific publication and peer review if they have no practical relevance or are not interesting.”
Klaus Naumann, Bayer CropScience (Euro Chlor, November 2003, page 6)
Por Heinrich von Wittelsbach-Caracciolo, PhD
14 de marzo de 2012
14 de marzo de 2012
Ecologicamente somos poco inteligentes, por no decir estériles de sabiduría. El año pasado (2011), el capitán Paul Watson de la Sea Shepherd Conservation Society dijo ante una gran multitud de defensores del medio ambiente en Australia que “las ballenas son más inteligentes que el hombre”, explicando que “la inteligencia es la habilidad para vivir en armonía con el medio ambiente”.
Nuestra relación con la naturaleza es destructiva mundialmente. La destrucción de bosques y selvas tropicales se ha acelerado en las últimas cinco décadas. Enormes plantaciones de palmera aceitera (Elaeis guineensis, Arecaceae) cubren millones de hectáreas en lo que antes hubo exuberantes bosques tropicales. Los bosques templados y subtropicales tampoco se escapan de la motosierra.
A los océanos no los respetamos, los usamos de vertederos y los saqueamos hasta llevar a la extinción a millares de especies marinas. En los últimos años, la basura o chatarra espacial se ha convertido en un grave problema para las misiones tripuladas orbitales. El aire está cada vez más contaminado por los gases de nuestros vehículos, aviones y fábricas. Hemos contaminado el planeta del Polo Norte al Polo Sur.
El agua, uno de los recursos más valiosos que tenemos, la utilizamos para eliminar nuestros desechos. No tiene sentido lo que le hacemos al agua. Primero la ensuciamos y envenenamos y después la “limpiamos” o “purificamos” para beberla, bañarnos en la ducha o en las piscinas.
Para empezar tomemos el caso de España, un miembro de la Unión Europea. En este país ibérico, la contaminación del agua por las actividades humanas ya es un problema preocupante.
Según el reporte “Agua. La Calidad de las Aguas de España. Un Estudio por Cuencas” elaborado por Greenpeace en 2005, el 33% de los cauces de España se encuentran en un estado de calidad inaceptable como consecuencia de la contaminación antropogénica, situación que sería aún más dramática si se tuviera en cuenta el estado de las aguas subterraneas.
El reporte de Greenpeace señala que la Cuenca Hidrográfica del Ebro tiene 22 Puntos Negros de contaminación (Fig. 1). La propia Administración reconoce la degradación de las aguas (superficiales y subterraneas).
En España, los mantos acuíferos y los cauces de los ríos han sido afectados por vertidos, contaminados por nitratos, por la sobreexplotación y la destrucción de orillas y riberas. En algunos casos han ocurrido mortandades de peces.
Los vertidos contaminantes de origen urbano e industrial a las aguas son un gran problema en toda la cuenca del río Ebro. En la Provincia de Aragón sólo se trata el 60% de las aguas residuales urbanas.
Hay diversos estudios que reportan la presencia de metales pesados en las cuencas hidrográficas del territorio español. La investigación de Valencia Delfa (2007) y el informe de la calidad de aguas del Gobierno de Navarra de 2005 y 2009, señalan la presencia de arsénico, plomo, cadmio, cromio, cobre, cinc, aluminio, litio, niquel, entre otros.
Pesticidas orgánicos legislados también has sido detectados, debido a actividades industriales (diclorobencenos, triclorobencenos, etc.) y agrícolas (triazinas, aldrin, carbamatos, isodrin, etc.) en el río Aragón.
Ya se detectan problemas de contaminación fecal en las cabeceras de los ríos Aragón (Fig. 2), Gállego y Ésera por el impacto de las estaciones de esquí, al producirse los vertidos en épocas de bajos caudales.
Figura 2. Cuenca del Río Aragón. Fuente: Foro del Agua de Navarra.
Según la investigación realizada por la Ing. Mª Yolanda Val Hernández (2002), la Calidad Ecológica del río Aragón es Deficiente en un 65,6% de la longitud desde su nacimiento en el Valle de Astún hasta Jaca (Huesca), Mala en un 27,5% y Buena en un 6,9%. En todo el tramo de estudio (Fig. 3), Val Hernández no encontró ningún subtramo con Calidad Ecológica Muy Buena ni Aceptable. Las Tablas 1-4 muestran los indicadores químicos y fisicoquímicos desde Astún hasta Jaca.
Tabla 1. Indicadores químicos y fisicoquímicos durante Otoño 2000. Fuente: Mª Yolanda Val Hernández (2002).
Tabla 2. Indicadores químicos y fisicoquímicos durante el Invierno 2001. Fuente: Mª Yolanda Val Hernández (2002).
Tabla 3. Indicadores químicos y fisicoquímicos durante la Primavera 2001. Fuente: Mª Yolanda Val Hernández (2002)
Tabla 4. Indicadores químicos y fisicoquímicos durante el Verano 2001. Fuente: Mª Yolanda Val Hernández (2002).
El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) indica que la calidad de aguas del río Aragón en los últimos años es baja, se clasifica en la categoría Agua Tipo A3, por lo que las aguas deben ser sometidas a un tratamiento de potabilización físico y químico intensivos, afino y desinfección para consumo humano.
En este sentido, los siguientes datos de nuestras investigaciones sobre las evacuaciones fecales y los residuos de inodoro vertidos en el río Aragón en el tramo desde Astún hasta Jaca (Fig. 3) demuestran el problema de la contaminación antrópica.
Una persona produce ca. 100-20o gramos de heces diariamente, pero algunas evacuan hasta 450 gramos diarios. La producción anual de residuos de inodoro es de aproximadamente 520 kilogramos por persona (heces + orina + papel higiénico, etc.)
Los 240.000 esquiadores que visitaron la estación de Astún (Fig. 4) durante la temporada de 2008-2009 (5 meses) contaminaron el río con 48.000 kg sólo de heces (Tabla 5). La estación de Candanchú (Fig. 5) en la misma época recibió 300.000 deportistas de la nieve, lo que significó una descarga de 60.000 kg de heces (Tabla 6). Esto demuestra que el turismo es una industria contaminante.
Figura 4. El parking de la Estación Invernal de Astún (Huesca, España), 25/3/2007. Fuente: nevasport.com
Tabla 5. Carga fecal vertida al río Aragón por esquiadores en la Estación de Astún durante la temporada 2008-2009. Evacuación fecal estimada por persona: 200 gramos. Número de esquiadores basados en datos del Gobierno de Aragón (2009).
ESTACION INVERNAL DE ASTUN
| ||
Temporadas
|
Nº de Esquiadores
|
Evacuación fecal vertida en el río Aragón (kg)
|
2003 -2004
|
280.000
|
56.000
|
2004 -2005
|
270.000
|
54.000
|
2005 - 2006
|
270.000
|
54.000
|
2006 -2007
|
160.000
|
32.000
|
2007 - 2008
|
200.000
|
40.000
|
2008 - 2009
|
240.000
|
48.000
|
Tabla 6. Carga fecal vertida al río Aragón por esquiadores en la Estación de Candanchú durante la temporada 2008-2009. Evacuación fecal estimada por persona: 200 gramos. Número de esquiadores basados en datos del Gobierno de Aragón (2009).
ESTACION INVERNAL DE CANDANCHU
| ||
Temporadas
|
Nº de Esquiadores
|
Evacuación fecal vertida en el río Aragón (kg)
|
2002 -2003
|
320.000
|
64.000
|
2003 -2004
|
330.000
|
66.000
|
2004 -2005
|
340.000
|
68.000
|
2005 - 2006
|
340.000
|
68.000
|
2006 -2007
|
170.000
|
34.000
|
2007 - 2008
|
270.000
|
54.000
|
2008 - 2009
|
300.000
|
60.000
|
Los 624 habitantes de Canfranc Estación (Fig. 6) y Canfranc Pueblo (Fig. 7) juntos contaminaron el río con 324.480 kg de residuos de inodoros (268.840 kg y 55.640 kg, respectivamente) en 2010, y desde 1970 hasta 2010 juntos han vertido al río Aragón 1.769.040 kg (Tabla 7).
Figura 6. Vertido de residuos urbanos de Canfranc Estación (Huesca, España) en el río Aragón. Foto cortesía de José Sánchez Trullén.
Figura 7. Vertido de residuos urbanos de Canfranc Pueblo (Huesca, España) en el río Aragón. Foto cortesía de José Sánchez Trullén.
Tabla 7. Residuos de inodoro vertidos por los habitantes de Canfranc Estación y Canfranc Pueblo juntos durante 1970-2010. Número de habitantes basados en Wikipedia.
CANFRANC ESTACION & CANFRANC PUEBLO
|
Residuos de inodoro (520 kg/persona)
| ||
Año
|
Habitantes
|
Anual
|
Total
|
1970
|
1.007
|
523.640
|
523.640
|
1981
|
633
|
329.160
|
329.160
|
1991
|
610
|
317.200
|
317.200
|
2001
|
538
|
279.760
|
274.560
|
2010
|
624
|
324.480
|
324.480
|
1970-2010 (40 años) 1.769.040
|
De Villanúa (Fig. 8) salieron 255.840 kg en 2010 y en 40 años (1970-2010), 885.560 kg (Tabla 8) y de Castiello de Jaca fueron 111.280 kg en 2010, 504.920 kg desde 1970 hasta el año 2010 (Tabla 9). El estado del río Aragón en el tramo desde Astún hasta Castiello de Jaca mejorará cuando se construyan Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR).
Figura 8. Vertido de residuos urbanos de Villanúa (Huesca, España) en el río Aragón. Foto cortesía de José Sánchez Trullén.
Tabla 8. Residuos de inodoro vertidos por los habitantes de Villanúa durante 1970-2010. Número de habitantes basados en Wikipedia
VILLANUA
|
Residuos de inodoro (520 kg/persona)
| ||
Año
|
Habitantes
|
Anual
|
Total
|
1970
|
323
|
167.960
|
167.960
|
1981
|
265
|
137.800
|
137.800
|
1991
|
283
|
147.160
|
147.160
|
2001
|
340
|
176.800
|
176.800
|
2010
|
492
|
255.840
|
255.840
|
1970-2010 (40 años) 885.560
|
Tabla 9. Residuos de inodoro vertidos por los habitantes de Castiello de Jaca durante 1970-2010. Número de habitantes basados en Wikipedia.
CASTIELLO DE JACA
|
Residuos de inodoro (520 kg/persona)
| ||
Año
|
Habitantes
|
Anual
|
Total
|
1970
|
262
|
136.240
|
136.240
|
1981
|
168
|
87.360
|
87.360
|
1991
|
139
|
72.280
|
72.280
|
2001
|
188
|
97.760
|
97.760
|
2010
|
214
|
111.280
|
111.280
|
1970-2010 (40 años) 504.920
|
La EDAR de Jaca (Fig. 9) entró en funcionamiento el 28 de julio de 2004, desde entonces el agua que utiliza la devuelve al río en las mejores condiciones.
Figura 9. La Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Jaca (Huesca, España). Fuente: Jaca Agenda 21 (2005).
Sin embargo, antes de que se construyera la depuradora, la población urbana de la ciudad de Jaca, número que se mantuvo entre 10 mil y un poco más de 13 mil personas, arrojó al río unos 29.504.280 kg de residuos de inodoro desde 1970 hasta 2010 (Tabla 10).
Tabla 10. Residuos de inodoro vertidos por los habitantes de la Ciudad de Jaca durante 1970-2010. Número de habitantes basados en Wikipedia.
JACA
|
Residuos de inodoro (520 kg/persona)
| ||
Año
|
Habitantes
|
Anual
|
Total
|
1970
|
10.051
|
5.226.520
|
5.226.520
|
1981
|
11.076
|
5.759.520
|
5.759.520
|
1991
|
10.840
|
5.636.800
|
5.636.800
|
2001
|
11.398
|
5.926.960
|
5.926.960
|
2010
|
13.374
|
6.954.480
|
6.954.480
|
1970-2010 (40 años) 29.504.280
|
Cualquier persona que haya vivido en Candanchú, Canfranc Estación, Canfranc Pueblo, Villanúa, Castiello de Jaca en los últimos 10 años ha producido unos 5.200 kg de residuos de inodoro que fueron vertidos directamente a las aguas del río Aragón.
Según la EDAR de Jaca, la carga de sólidos suspendidos de las aguas residuales urbanas osciló entre 61 mg/L y 105 mg/L, con una media de 82 mg/L para el año 2003, con dos picos de mayor carga contaminante, uno en agosto (95 mg/L) y otro en diciembre (105 mg/L) por el aumento del número de la población.
A lo anterior, a nuestra carga de residuos de inodoros, debemos sumar los químicos que cada día usamos y vertimos en la bañera, el lavabo, el fregadero de platos o el uso de la lavadora de ropa: champús, tintes para cabello, aceites, jabones, productos de limpieza, papel higiénico, detergentes, etc., etc.
En nuestra vida diariamente utilizamos unos compuestos químicos denominados urea de diazolidinyl y urea de imidazolidinyl que están presentes en prácticamente todos los cosméticos (perfumes, lociones, cremas, protectores solares, champús, desodorantes, tisntes de cabello, cremas para afeitar, etc.) y detergentes debido a la alta solubilidad en agua y a sus propiedades antimicrobianas y fungicidas. Para mayor efecto conservante son combinados con parabenos. En la Unión Europea, la urea de imidazolidinyl está permitida en productos de cuidado personal en una concentración máxima de 0,6%.
Son sustancias orgánicas que causan dermatitis en algunas personas. Se sabe que sueltan formaldehido a los cosméticos. En un estudio in vitro, la urea de imidazolidinyl produjo efectos citotóxicos en huevos de erizos de mar, inhibió la actividad de la enzima ATPasa e interfirió en la síntesis de proteinas y ADN. En ratones es ligeramente fetotóxico. En los ecosistemas acuáticos interactúan negativamente en los ciclos reproductivos de los organismos acuáticos, especialmente el plancton.
Para averiguar los efectos negativos en los humanos, ratas, ratones, cobayas y conejos son torturados. Por ejemplo, la urea de imidazolidinyl es aplicada en forma de talco en concentraciones de 20, 45, 90 y 200 mg/kg/día a la espalda afeitada de los indefensos animales en periodos de 6h/día, 5 días a la semana durante 5 semanas.
A veces esta sustancia es aplicada en inyecciones subcutáneas en la espalda pelada de cobayas o ratas y después irradiados por 24 a 48 horas. También se aplica en forma de crema de untar sobre la piel afeitada de estos animales o en forma líquida en inyecciones glandulares.
Los animales experimentales sufren pérdida de peso y la piel presenta efectos que van desde dermatitis hasta inflamaciones y úlceras y aborto. A esto se le llama ciencia.
En referencia a los parabenos, son un grupo de químicos sintéticos de esteres del ácido p-hidroxibenzoico empleados por sus propiedades fungicidas y bactericidas que están presentes en productos cosméticos y farmacéuticos y en los alimentos procesados. Un nivel promedio de 20 nanogramos, por cada gramo de parabenos, han sido detectados en tumores de mama.
Además está demostrado que algunos parabenos parcialmente mimetizan el estrógeno, una hormona que juega un papel importante en cáncer de pecho. Estos compuestos derivados del petróleo eventualmente van a parar a las aguas residuales y de allí a los ríos y otra vez vuelven a nuestros vasos y las aguas de las piscinas.
Por otra parte, en los ríos se juntan otros xenobióticos (agentes contaminantes) que se originan de nuestra forma de vivir sin consideración por el medio ambiente y por ende, las futuras generaciones de seres vivos sobre la Tierra.
En nuestro constante ir y devenir con los automóviles por las carreteras se producen muchos xenobióticos: partículas del desgaste de las ruedas y asfalto, aditivos de lubricantes (polimetacrilatos, estirenos, fenoles, sulfanatos, salicilatos, derivados organo-metálicos del molibdeno, etc.), metales del grupo del platino (los PGE, platino, paladio y rodio), metales pesados (cromio, cadmio, cobre, cinc, plomo, níquel) de los frenos, etc., etc.
Cuando llueve las escorrentías de las autovías van a parar a los ríos, los lagos y los mares y océanos. Los xenobióticos de las autovías se han vuelto uno de los mayores problemas contaminantes de las aguas superficiales y subterráneas.
Adicionalmente, los gases (monóxido y dioóxido de carbono, oxidos de nitrógeno y de azufre, benceno, etc.) de los escapes de los vehículos tarde o temprano encuentran su camino a los ríos con la lluvia. Luego a nuestros grifos en casa y a nuestras piscinas.
En la jardinería y agricultura se emplean una amplia gama de productos químicos (fitohormonas, pesticidas, fertilizantes, etc.) que también contaminan los ríos y océanos. En Almería (España), la intensiva agricultura de los 400 km2 de invernaderos emplea unos dos millones de botellas de biocidas al año. Estas botellas son de plástico y se tiran a los vertederos como basura común y corriente. Los residuos tóxicos se cuelan a las capas freáticas continentales.
Ultimamente se han implementado medidas sanitarias para resolver este problema. Primero se lavan las botellas y el agua contaminada con pesticidas es desintoxificada por medio de fotocatálisis solar antes de vertirla o volver a usarla.
La escorrentía de las construcciones urbanas modernas producen una infinidad de xenobióticos, los cuales contribuyen a la contaminación de los ríos, esteros y mares. Los materiales de contrucción implicados incluyen los tejados (tejas de asfalto, plástico, cinc, fibra de vidrio), el hormigón, las pinturas, los selladores y cementos acrílicos, la madera prensada tratada con biocidas, etc. Su lixiviación produce metales y metaloides (hierro, cobre, cinc, plomo, cadmio, arsénico), en adición a iones de amonio, nitratos, fosfatos, etc.
En años recientes, se han detectado drogas ilícitas (cocaína, opio, etc.) como un nuevo grupo de contaminantes de potencial psicoactivo en los cuerpos de agua, incluyendo ríos. Se desconocen los efectos de estos xenobióticos en los ecosistemas acuáticos.
Y por supuesto no debemos olvidar los hospitales. Estos son una fuente de contaminación. De los hospitales salen PGEs, residuos de químicos, medicinas, isótopos, anestésicos, y residuos de antibióticos, hormonas, entre otros. Todo eventualmente halla su camino al río y al final a nuestro vaso y plato.
Las nuevas tecnologías están complicando más el problema medio ambiental. Las cremas protectoras del sol ya traen como ingrediente nanotubos de carbón. Son producto de la nueva ciencia denominada Nanotecnología.
Hoy por hoy la industria de la nanotecnología resulta muy prometedora para los intereses económicos prevalentes, pues se prevé que será un industria cuyos márgenes de ganancias rondarán en los trillones de euros.
Y eso es bueno para la economía pero nadie puede predecir los problemas ecológicos que sin duda causarán a la larga. Según algunos científicos que conocemos, nos confiesan que los problemas que tenemos en la actualidad parecerán juego de niños en comparación con los que se nos vienen encima.
Por ahora ya nos estamos comiendo y bebiendo toda esta mierda. Y cuando nos metemos en las piscinas, a pesar de su aspecto transparente, también nadamos en la mierda.
Este es el caso en varios pueblos de Aragón, España, donde el agua de consumo en varias ocasiones no era potable. El secretario de los populares altoaragoneses, Roberto Bermúdez de Castro, ha hecho públicos varios análisis de la calidad del agua de municipios como Fraga, Monzón, Jaca, Barbastro y Sabiñánigo en los que se detectan deficiencias de diversa magnitud.
Según Bermúdez de Castro, la Consejería de Salud ha guardado silencio sobre estos municipios, todos gobernados por ediles del PSOE, mientras que los datos de Sariñena, localidad gobernada por el PP, fueron aireados por la mencionada Consejería.
Lo más preocupante de los análisis es que localidades como Fraga, Monzón o Jaca bebieron agua no potable sin que sus respectivos ayuntamientos o el Gobierno de Aragón comunicaran esta circunstancia a los ciudadanos.
Según los análisis realizados por la Consejería de Salud, los montisonenses bebieron agua no potable el 4 de noviembre, el 5 de agosto y el 13 de julio de 2004. También el agua era no potable en Jaca el 20 de enero de ese mismo año.
En el caso de Fraga, los análisis demuestran que el 14 de diciembre, el 23 de marzo y el 3 de febrero de 2004 el agua era también no potable e incluso, ha explicado Bermúdez de Castro, otras poblaciones como Barbastro o Sabiñánigo, en los análisis se detectaron partículas de arsénico, plomo, cadmio, aluminio, cobre, manganeso o hierro.
En 2007, la Comarca de Jaca (Huesca, España) realizó un estudio de la calidad del agua potable de Canfranc Pueblo. Los resultados no fueron publicados ni a nadie se le informó de la baja calidad del agua (con elevada carga bacteriológica fecal). Los estudios fueron archivados.
Es importante que cada ciudadano se mantenga alerta del estado del agua que consume y debería saber en qué consiste el proceso de potabilización en una Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) (Fig. 10-11).
Figura 10. Planta potabilizadora de agua (ETAP) de Jaca (abajo de foto) situada en la ladera de Rapitán . Fuente: Boletín PSOE 5.
De manera resumida, un tratamiento clásico (TC) en una ETAP comprende las siguientes fases:
• El desbaste. El agua se toma del río o canal y se somete a una filtración gruesa a través de rejas o mallas para quitar todo lo sólido del agua: papel, plásticos, piedras, troncos, ramas, hojas de árboles y cualquier tipo de material flotante.
• El tamizado. Se efectúa generalmente con mallas o hidrocribas de 1 a 5 mm. La limpieza suele ser automática.
• La desarenación. Un desarenado que puede situarse, según las condiciones de la toma, antes o después del tamizado. El agua de deja reposar en tanques desarenadores para sedimentar arenas u otras sustancias abrasivas que puedan causar atascamientos en filtros o dañar bombas.
• La precloración. El agua se airea en un tanque y se añade dióxido de cloro, hipoclorito de calcio, o cloro gas, como agentes desinfectantes. El objetivo es eliminar organismos microscópicos indeseables y dañinos para la salud. La precloración va seguida a veces de una eliminación del cloro, que generalmente se efectúa con dióxido de azufre.
• La coagulación y floculación. Se añade generalmente sulfato de aluminio, como agente coagulante del material en suspensión y para la turbiedad de origen coloidal, y se utiliza normalmente polielectrolito aniónico como auxiliar de floculación. Este proceso requiere un período de acondicionamiento, con el fin de que los microflóculos formados puedan aumentar de tamaño, lo cual se consigue por medio de agitación suave del agua, donde las partículas chocan y adhieren unas con otras, dando orígen al flóculo sedimentable.
• La decantación. En esta etapa se utilizan decantadores para captar los flóculos. En este proceso se obtiene una elevada concentración de fangos y lodo.
• La filtración sobre arena. El agua es decantada a través de un lecho de arena silícea. Luego el agua es enviada a depósitos.
• La desinfección final. El objetivo de la desinfección es obtener agua de forma continua exenta de bacterias y gérmenes patógenos, conforme a las normas y a los ensayos oficiales basados en las Escherichia coli, los Estreptococcus y los Clostridium sulfito-reductores. El agua que se distribuye a la ciudad por las cañerías es dosificada con cloro gas de manera que siempre contenga un 0,5 a 1,6 partes por millón de cloro residual. La acción del cloro está muy infuenciada por el pH, cuando más elevado es este, mayor la dosis de cloro residual que debe mantenerse para obtener la misma eficacia, con un mismo tiempo de contacto.
En general los detergentes no se eliminan. Tampoco la precloración tiene efecto sobre la degradación de estos productos. En cuyo caso se debe recurrir a técnicas de la formación de espuma, al ozono o al carbón activado.
El ozono descompone en gran parte los detergentes no biodegradables si se utiliza en las dosis necesarias, el carbón activado elimina los de naturaleza dura. La coagulación no tiene efecto sobre los fenoles y la filtración no los elimina.
Las partículas de hidrocarburos generalmente se retienen por coagulación, floculación, decantación y filtración sobre arena. Si traspasan estas barreras y dan mal sabor al agua, el TC no es suficiente para eliminarlos totalmente, hay que introducirle carbón activado en polvo en los decantadores.
Si el agua está contaminada con hidrocarburos policíclicos del tipo 4-4 benzopireno, agentes cancerígenos, se debe recurrir al ozono para eliminarlos.
El TC es ineficaz para el conjunto de pesticidas, con la excepción del DDT que se elimina parcialmente. La filtración lenta tiene un efecto limitado sobre algunos pesticidas. Tampoco elimina los fenoles ni todos los detergentes.
El cloro no actúa sobre pesticidas clorados, excepto algunos herbicidas. Algunos pesticidas
son poco sensibles al ozono. Los organoclorados se destruyen con dosis de 1 a 3 g/m 3, si su contenido corresponde al que se encuentra en las aguas superficiales. El mejor procedimiento para eliminar pesticidas es utilizando carbón activado en polvo o en grano.
son poco sensibles al ozono. Los organoclorados se destruyen con dosis de 1 a 3 g/m 3, si su contenido corresponde al que se encuentra en las aguas superficiales. El mejor procedimiento para eliminar pesticidas es utilizando carbón activado en polvo o en grano.
Con respecto a los metales pesados, los resultados dependen del tipo de tratamiento. La coagulación sólo elimina muy bien el cobre, el plomo y la plata, con otros metales pesados no es tan eficaz.
El mercurio y vanadio son reducidos aproximadamente en un 50% y el cinc sólo en un 10%. El contenido de cromo, el níquel, el cobalto y el magnesio no se ve afectado. Si se utiliza carbón activado para eliminarlos, las dosis que normalmente se utilizan (20 g/m 3) son poco eficaces.
La filtración a través de arena es efectiva para metales pesados como mercurio, plata y cobre pero no funciona eficazmente en el caso de cadmio, cromo, magnesio, vanadio y cobalto.
El cinc y el níquel sólo se reducen en presencia de cloro. Un filtración a través de carbón activado en grano elimina por completo la plata y el mercurio y los contenidos de otros metales pesados (cobre, plomo, etc.) se reducen a niveles inferiores a los aconsejables por las normas de salud.
En ambos casos, filtración a través de arena y a través de carbón activado en grano, la cloración mejora la eliminación de metales pesados cuando la dosis de cloro utilizada es superior al punto crítico.
Por tanto, la eficacia del TC es limitada en lo referente a la eliminación de microcontaminantes que requieren atención especial.
Una ETAP bien diseñada debe estar equipada con una desinfección por ozono y una instalación de afino con filtros de carbón activado.
De lo anterior podemos ver que el cloro se aplica al agua para desinfectarla en dos etapas del proceso del tratamiento: una a la entrada y otra a la salida de la planta de potabilización.
En la última fase se suele añadir cloro en exceso resultando en lo que se llama cloro residual. Esto se hace para que el cloro siga actuando como desinfectante en el agua a medida que esta viaja por el sistema de cañerías de distribución y llega al consumidor.
Uno de los objetivos del cloro residual es combatir la capa de microorganismos (llamada Biopelículas Bacterianas) que se forma en el interior de las cañerías y se pega a las paredes.
El cloro por su alto grado oxidante puede reaccionar con el material de las cañerías y con las biopelículas bacterianas y los sedimentos acumulados en el sistema de distribución del agua.
La desinfección reduce el riesgo de infección patogénica, pero conduce a un peligro químico para la salud ya que el cloro residual favorece la formación de diversos subproductos de desinfección (los DBPs).
Los DBPs resultan cuando el cloro reacciona con la materia orgánica natural (especialmente ácidos húmicos y fúlvicos) y/o sustancias inorgánicas (precursoras) presentes en el agua.
Los ácidos húmicos y fúlvicos muestran una reactividad alta con el cloro y constituyen el 50-90% del total del contenido de oxígeno disuelto en las aguas de los ríos y lagos. Más de 600 DBP han sido identificados en el agua potable, pero sólo se entiende el perfil fisiológico de unos 20.
Los trihalometanos (THM) y los ácidos haloacéticos (HAA) son los grupos de DBP clorinados (CDBP) más comunmente encontrados en el agua potable. Su nivel aumenta con un incremento de la dosis de cloro en una relación linear. Entre los THM están cloroformo (triclorometano), bromodiclorometano, dibromoclorometano, bromoformo y bromodiclorometano.
Los HAA son una colección de varios compuestos DBP que incluye ácidos mono-, di-, y tricloroacéticos, ácidos mono- y dibromoacéticos, y ácido bromocloroacético. La suma de las concentraciones de ácidos bromodicloroacético, ácido dibromocloroacético y tribromoacético se conoce como HAA3 y la suma de los ácidos monocloroacético, monobromoacético, dicloroacético, tricloroacético y dibromoacético se llama HAA5. HAA6 se refiere la suma de las concentraciones de HAA5 con aquellas del ácido bromocloroacético.
La formación de los DBP (THM, HAA) depende de la concentración del precursor, la dosis de cloro, el pH de cloración, la temperatura, tiempo de contacto y la concentración del ión bromuro. En el caso de las piscinas, los químicos de mantenimiento complican más el cuadro químico.
Los DBPs se forman con más frecuencia en la clorinación del agua que procede de ríos o lagos que con la extraida de acuíferos subterraneos, por la baja concentración de materia orgánica. Y en las plantas de desalinización termal, se forman con más frecuencia en agua potabilizada cuando se toma el agua salada de lugares costeros con mayor grado de contaminación orgánica por el tráfico pesado de barcos mercantes.
Se sabe que los THM y los HAA son sustancias químicas de alto riesgo para la salud. Algunos son tóxicos, otros son genotóxicos y mutagénicos, dañan el ADN y pueden causar malformaciones fetales, muchos tienen propiedades carcinogénicas.
Los THM causan daños al sistema urinario e hígado y están relacionados con cáncer de vejiga y los HAA están asociados con cáncer de colon y vejiga. Los DBP son introducidos en nuestros cuerpos a través del agua clorada por tres vías: ingestión, absorción dermal o inhalación.
Una investigación reciente (2006) llevada a cabo por un grupo de expertos encabezado por la Dra. Cristina M. Villanueva del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona ha demostrado que la exposición al agua con cloro aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de vejiga. Los científicos explican que los THM penetran la piel o ingresan por inhalación, y de esta manera no pasan por el hígado para su desintoxicación.
El equipo de investigadores comparó a 1,219 voluntarios con cáncer de vejiga con otros 1,271 personas libres de esta enfermedad y se compararon sus costumbres de exposición al agua con cloro a través del agua potable o las piscinas.
También se analizaron los niveles de THM en el agua de todos los municipios que participaron en el estudio. Los resultados indicaron que las personas que vivían en casas con un nivel promedio de 49 µg/L de THM tenían el doble de riesgo de desarrollar cáncer de vejiga que aquellas que recibían agua con una concentración de 8 µg/L. Y las personas que bebieron agua con cloro presentaron un 35% más de riesgo de desarrollar este tipo de cáncer que aquellos que no la bebieron.
Además encontraron que las personas que utilizaban piscinas con agua clorada tenían un 57% más de riesgo de desarrollar la misma enfermedad y quienes tomaban baños prolongados en municipios con altos niveles de THM también corrían más riesgo.
Asimismo, investigadores de Nueva Zelanda han encontrado que el uso de agua clorada puede causar un 25% de los cánceres de la vejiga.
En España se estima que el porcentaje de este tipo de enfermedad por la misma razón es del orden de 20%. España y Portugal son los países con los niveles más altos de THM en la Unión Europea, donde se ha establecido como límite 100 µg/L.
Los THM son líquidos volátiles a temperatura ambiental. Se evaporizan en la ducha, en la bañera o se evaporan de la superficie del agua de las piscinas, en estos casos la inhalación se vuelve una importante ruta de exposición, en adición a la ingestión.
El público en general está expuesto al cloroformo, uno de los DBP más estudiados, presente en agua clorada para el consumo, el aire ambiental y algunas comidas.
El personal de limpieza está expuesto a este compuesto. Se evapora y lo inhalamos cuando nos lavamos las manos con jabones que contienen sustancias antibacterianas (eg., diclosan) en microambientes como el cuarto del baño, en casa, restaurantes u hoteles. Este THM también está en el vapor que emana de las piscinas cubiertas calentadas en invierno. Nadar o estar cerca de ellas nos expone a respirar este DBP.
De estos compuestos, sin duda el bromodiclorometano parece ser que alcanza una variedad de tejidos humanos donde puede facilmente metabolizarse a diversos químicos intermedios, conduciendo a efectos adversos en la salud.
El consumo de agua clorada también afecta los niveles de lípidos en el cuerpo. Los humanos que beben agua con cloro a niveles de 0,2 a 1 mg/L suelen tener el colesterol y los niveles de lipoproteínas de baja densidad más elevados que las personas que no usan este tipo de agua.
Los llamados DBP emergentes, por el momento 74, son igual de preocupantes: los halonitrometanos, los haloacetonitrilos (HAN), los haloketones, las haloamidas, los halofuranos, los iodo-ácidos, las nitrosaminas, los iodo-THM y otros.
También son el resultado de la interacción de los desinfectantes de agua (cloro, dióxido de cloro, cloramina) con los ácidos fúlvicos y húmicos, amino ácidos y otro tipo materia orgánica natural y iones de bromuro y ioduro.
La N-nitrosodimetilamina (NDMA), del grupo de las nitrosamina, produce cáncer y es producto del uso de cloramina como desinfectante, muy popular en los Estados Unidos.
Hay dos halofuranos (furanos clorinados), que se encuentran en el agua potable (agua clorada), el 3-cloro-4-(diclorometil)-5-hidroxi-2(5H)-furano, denominado MX, y el ácido E-2-cloro-3-(diclorometil)-4-oxobutenoico, llamado E-MX, que son potentes mutagénicos.
Adicionalmente, el tratamiento de agua para consumo humano utilizando procesos es los que se recurre al uso de ozono para desinfectar, también produce DBPs.
Este potente agente oxidante produce aldehídos, ácidos carboxílicos y ketones. El ozono en presencia del ión bromuro en el agua genera el anión bromato de ozono, considerado un potente carcinógeno, así como otros DBPs brominados igualmente cito y genotóxicos. Bajo ciertas circunstancias, el bromato puede también formarse en soluciones concentradas de hipoclorito utilizadas para desinfectar el agua de consumo.
El uso de aluminio en la segunda etapa de la potabilización del agua a largo plazo es otro riesgo para la salud. Los Dres. Christopher Exley, químico de la Universidad de Keele, y Margaret Esiri, neuróloga de la Universidad de Oxford, relacionan el aluminio con el desarrollo de algunas formas de demencia. Explican ellos que ha menudo encuentran este elemento en los pliegues de una proteína deformada que es característica de la enfermedad del Alzheimer.
En la etapa final, el cloro se añade al agua para desinfectarla de cualquier microorganismo patógeno. Sin embargo, hay parásitos que son resistentes al tratamiento de cloración del agua, como por ejemplo los protozoarios Giardia y Cryptosporidium en su etapa de cistos u oocistos, respectivamente.
Fayer & Xiao (2008) indican que el género Cryptosporidium (Apicomplexa) está compuesto por 16 especies reconocidas (C. andersoni, C. baileyi, C. bovis, C. canis, C. felis, C. galli, C. hominis, C. meleagridis, C. molnari, C. muris, C. parvum, C. scophthalmi, C. serpentis, C. suis, C. varanii y C. wrairi). Su distribución es mundial y es de importancia económica porque infecta la células epiteliales del tracto digestivo de todas las clases de vertebrados.
Los nuevos avances en biología molecular han permitido una mayor sensibilidad para detectar Cryptosporidium, incluso en personas inmunodeprimidas, en las heces humanas. Las especies C. hominis (Fig. 12), C. parvum, C. meleagridis han sido detectadas con más frecuencia en humanos.
Los genotipos de Cryptosporidium de los animales salvajes raras veces infectan a los humanos y presentan poco riesgo de salud para el público. Los estudios parasitológicos indican que la fuente principal de infección para los humanos son las heces humanas. Por eso no es recomendable frecuentar las piscinas como lo hemos indicado en otras ocasiones.
En el hombre Cryptosporidium y Giardia habitan en el intestino delgado. Cryptosporidium causa la enfermedad llamada Criptosporidiosis Entérica, caracterizada por diarrea, dolores de estómago, calambres y baja fiebre. En los humanos es causada predominantemente por el Cryptosporidium hominis (Fig. 12), transmitido intraspecificamente .
Figura 12. Vías de transmisión de Cryptosporidium hominis. Fuente: Fayer R & Xiao L (eds.) (2008). Cryptosporidium and Cryptosporidiosis. 2nd Edition.
Cryptosporidium parvum, otra de las especies que infecta a los humanos, tiene la facultad de invadir diversos sitios en el cuerpo, incluyendo la conjuntiva, el tracto respiratorio (superio e inferior), la vejiga urinaria, el útero, el páncreas y el hígado, además del tracto digestivo, desde la boca hasta el intestino. Una persona infectada es un serio riesgo para la salud en una piscina, ya que suelta criptos no solo a través del ano sino también por los ojos, nariz y boca.
Los humanos se infectan por ingestion peroral de los oocistos, ruta directa oral-fecal, bebiendo agua, nadando en una piscina contaminada o por alimentos contaminados. En las personas inmunocompetentes, la infección permanece inaparente o se manifiesta por una autolimitada diarrea. Es muy común en niños pero puede enfermar a personas de todas las edades, especialmente a aquellas con deficiencias inmunitarias (inmunodeprimidos). En personas con SIDA ocurren diarreas persistentes, similares a las del cólera, que pueden ser mortales.
Las personas con diarrea o las que tienen criptosporidiosis entérica no deberían nadar en las piscinas comunales o públicas, deben esperar al menos hasta dos semanas después de que la diarrea cese. Pero no existen reglas para esto, pues a nadie le preguntan si tiene diarrea o le revisan la zona anal antes de meterse en la piscina.
La criptosporidiosis entérica casi siempre está relacionada con el uso de piscinas. En Inglaterra, las agencias de viajes suelen advertir a los turistas que visitan España que tengan cuidado con el agua, en particular con las piscinas ya sea de hoteles o privadas.
Los dos graves brotes de criptosporidiosis entérica que ocurrieron en el Reino Unido en diferentes años (2000, 2003), estaban asociados a turistas que se contaminaron en las aguas de piscinas de hoteles de Mallorca.
Así lo informa un reporte del gobierno del Reino Unido (Drinking Water Directorate Contract Number DWI70/2/201). Además explica que los casos de esta enfermedad en los humanos debido a las mascotas (incluyendo perros y gatos) son muy raros.
En Aragón (España), Clavel et al. (1996) detectaron más criptosporidiosis en niños durante el período otoño-invierno que en el primavera-verano, asociándolo con la asistencia a las guarderías.
La dosis infecciosa de Cryptosporidium para enfermar a un 50% de una población humana expuesta es de casi 132 oocistos, aunque esto depende de la cepas del patógeno, para algunas cepas menos de 100 oocistos son suficientes para que causen la infección.
Una persona con criptosporidiosis entérica suelta de 1 a 10 millones de oocistos por gramo de heces durante un periodo de 1-2 semanas. Es decir que un sólo humano infectado produce de 200 a 2.000 millones de oocistos de Cryptosporidium en una defecación de 200 gramos. Los oocistos son resistentes al cloro y a bajas temperaturas (-10ºC).
La taxonomía más reciente de Ortega-Pierres et al. (2009) distingue 10 especies o genotipo/asemblajes del género Giardia [G. duodenalis/asemblaje A, G. duodenalis/asemblaje B (G. enterica), G. duodenalis/asemblaje C/D (G. canis), G. duodenalis/asemblaje E (G. bovis), G. duodenalis/asemblaje F (G. cati), G. duodenalis/asemblaje G (G. simondi), G. agilis, G. muris, G. psittaci, G. ardeae]. Giardia duodenalis (sinónimos, G. intestinalis, G. lamblia) es la única especie encontrada en los humanos (Fig. 13).
Giardia es un protozoario parásito de distribución mundial. La especie Giardia duodenalis ocurre en Europa con mucha frecuencia (2-5%). Niños hasta la edad de cinco años están frecuentemente infectados, suelen contagiarse en las guarderías y escuelas. Luego infectan a sus padres y si van a una piscina ocurre igual. La constante reinfección en los niños es un problema serio, se infectan facilmente de nuevo ya que los agentes anti-giardia carecen de efecto residual. Los viajeros están expuestos a Giardia si no toman las precauciones adecuadas. Se enferman al ingerir agua o alimentos contaminados.
Giardia duodenalis es un parásito del intestino delgado de los humanos que causa Enteritis (Giardiosis), caracterizada por diarrea (heces pálidas y grasientas), nausea, calambres abdominales, excesiva fatiga y pérdida de apetito. Las personas portadoras asintomáticas son transmisoras de cistos.
La infección ocurre por la ingestión peroral de los cistos de Giardia, de forma similar a Cryptosporidium. La transmisión humano a humano es una de las rutas clinicamente más importantes. Después de una evacuación fecal en el baño, los humanos infectados si no se lavan bien las manos con jabón contaminan con heces todo lo que tocan (teléfonos móviles, alimentos, perillas de puertas, muebles, alimentos, etc., incluso las piscinas. Wittelsbach (2012b) ha señalado que las personas se pueden dividir en niveles de acuerdo cómo se limpian el ano después de defecar. La carga fecal (g/persona) varía desde el Nivel 1 (0,01-0,5) hasta el Nivel 5 (3,1-15).
La dosis infecciosa que causa enteritis en el 25% de humanos expuestos es de sólo 25 cistos. Los síntomas de giardiosis suelen aparecer a los 5 a 25 días después de la ingestión de los cistos.
Una persona infectada con Giardia suelta en las heces una densidad de 3 millones de cistos por gramo, lo que equivale a 600 millones de cistos en una sóla descarga fecal de 200 gramos. El periodo de descarga de cistos puede persistir hasta 6 meses.
Los casos de enteritis que ocurren en el verano suelen estar relacionados con el uso de piscinas, especialmente aquellas usadas por niños menores de cinco años de edad.
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) reporta niveles de Giardia que oscilan de 10 a 100.000 cistos/L en residuos urbanos no tratados, 10 a 100 cistos/L en los tratados y 10 ó menos cistos/L en agua potable del grifo o aguas superficiales.
Debido a la resistencia de los criptos a los desinfectantes, no es nada sorprendente que los brotes de diarrea que usualmente ocurren en la ciudad de Jaca (Huesca, España) cada año coincidan con la llegada de los turistas, uno en el verano y otro en el invierno, durante la temporada de esquiar. En Jaca se le denomina a estos brotes “el virus del agua”, enfermedad diarreica que va acompañada de vómitos, dolor abdominal, nausea y mucho cansancio.
No es necesario ser un doctorado en microbiología para darse cuenta que un mayor número de personas arriba en las estaciones de esquí (Astún y Candanchú) resultará en un incremento de heces humanas y otros desechos de baño contaminados con gérmenes fecales vertidos en el río Aragón.
Una sóla persona enferma infectada de Cryptosporidium o Giardia que efectúe una evacuación fecal en Astún, Candanchú, Canfranc Estación, Canfranc Pueblo, Villanúa o Castiello de Jaca es suficiente para que contamine todo el río Aragón con millones de cistos y oocistos. La Tabla 11 muestra la emisión estimada de oocistos de Cryptosporidium y cistos de Giardia para el año 2010 en el río Aragón en el tramo de Astún hasta Jaca.
Tabla 11. Emisión estimada de oocistos de Cryptosporidium y cistos de Giardia en el tramo de Astún a Jaca en el río Aragón para el año 2010. Basado en evacuación fecal de 200 g/persona.
Cryptosporidium Giardia
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Excreción promedio/persona/año
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2,o x 106
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2,3 x 108
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Excreción total
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3,6 x 1014
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4,5 x 1015
|
Por consiguiente, las aguas que entran en el Canal de Jaca (Fig. 15) de la planta potabilizadora de Jaca (Figs. 10-11) ya están contaminadas con microorganismos de heces de humanos. Y la potabilización del agua no es suficiente para eliminar a Cryptosporidium y Giardia, en su etapa de oocisto y cisto, respectivamente. El tratamiento a base de ozono resulta efectivo en un 95% pero no tiene el efecto residual del cloro. Y el compuestos de cloro empleados para tratar el agua son causa de una gran variedad de DBPs muy peligrosos para la salud.
Los tratamientos químicos normalmente aplicados a las piscinas tampoco son efectivos para eliminar los criptos. Además, la misma gente cambia directa y constantemente la biología y química del agua de una piscina, un universo fisico-químico en permanente cambio ya de por si.
Adicionalmente, debemos tomar en cuenta que el ciclo del agua es un sistema dinámico. El agua está en constante cambio desde que sale de la montaña, ladera, campo o cualquier punto de origen. En su constante fluir recoge lo que encuentra por el camino, ya sea natural o antropogénico hasta llegar al mar. Toda la contaminación que arrojamos al agua directa o indirectamente siempre nos vuelve a nuestra mesa, ducha o piscinas.
La Agenda 21 de Jaca (2005) indica que “la toma de agua de la Ciudad de Jaca proviene del río Aragón (Fig. 14), a unos 6,5 km aguas arriba de la ciudad. Las aguas se derivan mediante una acequia, denominada Canal de Jaca (Fig. 15), que discurre paralelo al río y se encuentra en estado deficiente. Esta conducción tiene una longitud de unos 6 km, a cielo abierto con algunos túneles y a media ladera. En días de fuertes lluvias, esta acequia recibe las escorrentías de las laderas, produciéndose una gran turbidez en el agua destinada al consumo humano. De este caudal se abastece el consumo urbano y el sistema de riegos del Canal de Jaca”.
Figura 14. La toma de agua de la Ciudad de Jaca (Huesca, España) en el río Aragón. Foto cortesía de José Sánchez Trullén.
Figura 15. El Canal de Jaca (Huesca, España). Foto cortesía de José Sánchez Trullén.
Asimismo, en la represa para la toma de agua del Canal de Jaca se acumula basura (plásticos, condones, trozos de ruedas de vehículos, zapatillas, trapos, trozos de muebles, metales, etc.) (Fig. 16) y materia orgánica (ramas de árboles, heces, etc.) Consecuentemente, el agua entra contaminada a la acequia.
Figura 16. Basura metálica acumulada en la toma del Canal de Jaca. Foto cortesía de José Sánchez Trullén.
En ciertas épocas del año (otoño) cuando la precipitación lluviosa es abundante, las compuertas del Embalse de Canfranc Estación (Fig. 17) son abiertas para disminuir el nivel del agua y las fuertes corrientes arrastran gran cantidad de materia orgánica, incluyendo los residuos de urbanos de los pueblos en la cabecera del río Aragón. La Fig. 18 muestra la riada del 16 de octubre de 2006, con el agua muy turbia. La mayoría de truchas perecieron a causa de ella, excepto aquellas que se refugiaron en el arroyo que baja del Barranco de Ip.
Figura 17. El embalse de Canfranc Estación en el río Aragón (Huesca, españa). Foto cortesía de Milagros S. Trullén.
Figura 18. La riada del 16 de octubre de 2006 del río Aragón (Huesca, España). Foto cortesía de Milagros S. Trullén.
Al final al llegar a la planta potabilizadora (Fig. 10-11), el agua es sometida a procesos desinfectantes. Esta diversa mezcla química en cambio continuo llega a la piscina donde recibe otra desinfección adicional y su complicada composición se verá cambiada por la actividad de los nadadores.
El agua de la piscina está estancada, se recicla una y otra vez y se le “mantiene limpia, transparente y desinfectada” a base de desinfectantes y compuestos especiales para ese propósito (Tabla 12).
Tabla 12. Listado de desinfectantes empleados en piscinas. Fuente: NTP-690.
Se nos ha vendido la idea de que el turismo es una industria sin chimenea. A decir verdad, es una de las más contaminantes y destructoras del medio ambiente. Cuando se desarrolla en las costas, su impacto contaminante en los lechos marinos es desastroso. En ciertos lugares como las islas del Mar Caribe, los manglares han cedido el paso a los complejos turísticos, causando graves problemas ecológicos y sociales.
Para los economistas el turismo es la primera industria del planeta. En ella se juntan diversos sectores económicos, incluso la mafia. En el sur de España, el urbanismo turístico ha sido un centro de inversiones criminales.
En las montañas, como en la cabecera del río Aragón (España), los poderosos intereses económicos han promovido el deporte de la nieve sin tomar en cuenta el impacto ambiental en el río. Las estaciones de esquí de Astún y Candanchú son focos de contaminación.
Estos complejos turísticos del deporte blanco de Aragón ya deberían contar con plantas de tratamiento de agua con tecnología de punta. Asimismo todos los pueblos a lo largo del río. Existen proyectos para construir depuradoras de agua en toda la región.
Resumiendo, los métodos convencionales para el tratamiento del agua (para consumo o recreación) tales como coagulación, sedimentación, filtración y absorción no son suficientes para la eliminación de criptos y ciertos tipos de xenobióticos. Según los estudios del Dr. J Gibs et al (2007), el uso de cloro como oxidante/desinfectante en el tratamiento de aguas no promete mejorar significativamente la extracción de estos contaminantes. Ellos encontraron que 52 de 98 compuestos xenobióticos permanecieron sin cambio alguno en agua potable durante 10 días después de la cloración a 1,2 mg/L de cloro residual.
Las piscinas de agua clorada no sólo son un caldo tóxico sino también masas de agua llenas de excrementos de gente. Detrás de la transparencia del agua de una piscina se encuentra el riesgo a la salud.
El experto genético toxicólogo Prof. Dr. Michael J. Plewa de la Universidad de Illinois, recomienda “Mantenerse lejos de las piscinas de agua clorada, especialmente los niños.”
Al interesado en profundizar sobre el lado tóxico del agua clorada, recomendamos leer el Monografo de la IARC (Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer) de la Organización Mundial para la Salud vol 52: Chlorinated Drinking-Water; Chlorination By-Products; some other Halogenated Compounds; Cobalt and Cobalt Compounds (1991).
Es un trabajo para estudiar a fondo, hay mucha información valiosa sobre la relación del cáncer, la cloración del agua y los DBPs. También es recomendable consultar el NTP-690 del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de España.
En lo referente a los criptos (Cryptosporidium y Giardia), las obras monográficas de Ortega-Pierres et al. (2009) y Fayer & Xiao (2008) resultan imprescindibles para conocer en detalle la biología de estos protozoarios.
En las próximas entregas trataremos otros aspectos relacionados con las aguas de las piscinas: los xenobióticos de automoviles y autovías, la carga antropogénica de metales pesados, los fangos de las EDARs, los productos brominados antiincendios, entre otros.
Al lector interesado se le recomienda leer la primera y segunda partes de este reporte, EL AGUA CLORADA DE LAS PISCINAS: UN RIESGO PARA LA SALUD (I-II), en IBIES o e-rastrillo.
Agradecimientos
Las aves, los gatos y la flora de nuestro vecindario en Jaca (Huesca, España) han sido nuestra fuente de inspiración y les estamos eternamente endeudados. Benditos sean. Estamos agradecidos al Sr. D. José M. Sánchez Trullén y el Sr. D. Cipriano Muñoz Trullén por la expedición fotográfica en el río Aragón, a la Sra. doña Milagros S. Trullén por su hospitalidad y la preparación de algunas tablas y fotos del embalse de Canfranc Estación y el río Aragón. A la Sra. doña Elena Gastón Nicolás le damos las gracias por aportar logística informática. Muchas gracias a los administradores del Instituto de Biología & Ingeniería de Ecosistemas por permitirnos publicar este trabajo en su portal.
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Un post impresionante, he podido comprender algunas cosas que ni tenía el placer de conocer así que enhorabuena por todo el trabajo realizado porque te ha quedado espectacular, un saludo
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