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domingo, 21 de abril de 2013

UNA DANZA SINCRONICA: LA REVOLUCION DE UNA BRIZNA DE PAJA

Por Hugo M. G. von Österreich und von Toskana
Miembro de la Union of Concerned Scientists (USA) 
21 de abril de 2013




Fuente: SURVIVAL IN THE WASTELAND



Ha llegado la primavera a las regiones septentrionales de la Tierra. En otras zonas del globo está ocurriendo lo opuesto, mientras que en algunas el mes de mayo está a la vuelta de la esquina cuando comenzarán las lluvias. Las aves cantan y los árboles una vez más se visten de su follaje enriquecedor y sustentador de vida.

La Tierra tiene sus ciclos. Lo nuevo da paso a lo viejo y viceversa. Toda la energía en este planeta está en constante movimiento, fluyendo y siendo transformada incesantemente en diferentes paquetes de múltiple formas de la misma fuente que interactúan unos con otros en una danza perpetua.

El hombre moderno "civilizado" poco a poco se ha alejado de la Naturaleza, convirtiéndola en objeto de usar y tirar en lugar de reverenciarla y se ha encuevado en habitáculos construidos de concreto y hierro. El precio ha sido muy elevado: una salud deteriorada y un medio ambiente contaminado.

La locura del humano (Homo stultus?) de mantener rodando su maquinaria "civilizadora" y destructora de la Madre Naturaleza, con un afán excesivo de sentirse por encima de toda la creación, pueda que al final le lleve a dos cosas inescapables: adoptar sincronizarse con los ciclos naturales de la Tierra utilizando sus ingeniosos artilugios salidos de su mente, muchas veces con el objetivo de evitar trabajar a base de fuerza del crudo músculo, o acabará aplastándose el mismo con sus propios inventos. 

Lo más penoso es que en su proceso histórico de "desarrollo económico" (=destrucción medio ambiental) está arrancando más vida de la que necesita para vivir y produce deterioro en su entorno natural, precisamente aquel que le nutre y le sustenta.

La primavera no sólo puede ser tiempo para expandirse sino que también puede utilizarse para contracción e incursionar en otras dimensiones que tengan que ver con la agricultura, esa faena que le ha sacado de la cueva históricamente y que aunque parezca que le ha llevado a un cenit envidiable en producción de cuentas económicas para satisfacer su cornucopia interna llena de ambición, en realidad no la ha sabido llevar sin el desgaste y sufrimiento del universo del suelo, esa valiosa capa construida a base de la acumulación de millones y millones de seres vegetales que han dado su vida y contribuido con el rodar del tiempo al punto de partida que sirve de base para todos los ecosistemas terrestres.


La cárcel del ensimismamiento

El mundo de los humanos es un mundo de ensimismamiento. Pocas personas intentan escapar de este ciclo vicioso del pensamiento de la jaula de sus cabezas, al menos por un momento. Su mundo es un constante devanar de unos pensamientos revolcándose con otros pensamientos. 

Lejos de estos pensamientos monótonos y de marcado reciclaje del desgaste social, pocos humanos se apartan momentáneamente para fijar la mirada sobre el mundo natural que les rodea, para observarlo sin deseos adquisitivos ni proyección de sus miedos y ambiciones,  tan típicos de las personas atrapadas en la cárcel de su cabeza. Es decir, observar la Naturaleza con no pensamiento.

Ahora bien, si es necesario cuestionar el mundo exterior con pensamientos, lo de adentro con lo de afuera, las preguntas más importantes deberían ser cómo cambiar cada uno de nosotros nuestra manera de vivir para ponerlo acorde al temperamento natural de la fluidez en el mundo que nos rodea.

Es precisamente en este aspecto donde a veces algunos humanos tienen momentos de lucidez y comprenden a fondo la importancia de adoptar métodos de laborar la tierra para poder sustentarse la vida siguiendo los ciclos naturales.

Fue un 2 de febrero del año 1913 cuando en Japón nació un niño que años más tarde se convertiría en un agricultor, biólogo y filósofo que encontraría una manera de hacer huertos utilizando los mismos métodos que la Naturaleza emplea para sujetar la Biosfera.

Se llamaba Masanobu Fukuoka (†2008). Y nos ha dejado magníficas obras de agricultura en sincronía con la Naturaleza tales como "La Revolución de Una Brizna de Paja" y "La Senda Natural del Cultivo". En ellas nos ha plasmado una manera de cultivar la tierra sin alterar el orden natural y con el mínimo esfuerzo, para poder disfrutar de la vida, con poco pero en toda su plenitud.

Sus métodos de cultivo son denominados "agricultura natural" o generalmente conocidos como el "Método Fukuoka" (Videos 1-2). 



                                                  INGLES/subtítulos en español (activar cc)
                                                  Video 1. La revolución de una brizna de paja.



                                                                    ENGLISH ONLY
                                                           Video 2. The one-straw revolution.




La primavera septentrional (o austral) es una época hermosa, divina. Lo mismo ocurre en los trópicos, cuando llueve por primera vez después de un largo periodo de sequía, la tierra se humedece y suelta un intenso olor agradable a tierra mojada.

Ha llegado una nueva oportunidad de hacer un huerto al estilo Fukuoka, respetando lo que ha aparecido de verde cobertura, en un lugar que antes que nosotros llegasemos lo habían rociado con glifosato para matar todos los árboles y cuanta hierba podía alcanzar el fumigador con la boquilla de su atomizador mecánico.

En nuestro jardín de hierbas, esas que usualmente nadie quiere, ya los dientes de león (Taraxacum officinale) han resucitado del letargo del invierno y brillan cuan pequeños soles sobre el verde prado (Fig. 1). ¡Y realmente son trozos de diminutas estrellas!



Figura 1. Diente de León (Taraxacum officinale) repartiendo su belleza en nuestro jardín . Cortesía de Milagros S. Trullén.




Ningún diente de león será arrancado. Cada uno podrá irradiar toda su belleza y su oxígeno hacia los cuatro puntos cardinales, junto con esa misma milagrosa esencia de todos sus vecinos vegetales, esa sustancia que enriquecerá nuestros pulmones y nos llenará de vida.

La vida se alimenta de la vida. Ningún ser vivo heterotrófico puede escapar de este dilema. Pero si una vida puede convertirse en puente de vida para otras vidas, sin destrucción innecesaria, entonces la danza de la vida está asegurada en la Tierra. La Tierra, un bello planeta que sirve de oasis a la vida.


La Tierra, hogar dulce hogar. Fuente: fanpop
 




Referencias


Fukuoka M. (1978). La Revolución de Una Brizna de Paja: Una Introducción a la Agricultura Natural. Leer online AQUI.

Fukuoka M. (1978). The One-Straw Revolution: An Introduction to Natural Farming. Read online HERE.

Fukuoka M. (1985). The Natural Way of Farming. The Theory and Practice of Green Philosophy. Read online HERE.

Mollison B. (2002). Permaculture. A Designers´ Manual. 2nd Edition. Tagari Publications, Sisters Creek, Tasmania, Australia. 565 p. 


TRANSLATION:

SYNCHRONIC DANCE: THE ONE-STRAW REVOLUTION

Spring has come to the northern regions of the Earth. In other areas of the world the opposite is happening; whereas in some, May is just around the corner when the rains will begin. Birds are singing and trees once again dress in their foliage so enriching and life-sustaining.

The earth has its cycles.  The new gives way to the old and vice versa. All energy on this planet is constantly moving, constantly flowing and being transformed in different ways of multiple packages from the same source that interact with each other on a perpetual dance.

"Civilized" modern man has gradually moved away from nature, making it a disposable object rather than regarding it in high reverence and has caged himself in dwellings built of concrete and steel. The price has been high: poor health and a polluted environment.

The madness of man (Homo stultus?) to keep his
"civilising" and Mother Nature-destructive machinery rolling, with excessive eagerness to feel above all creation, that which ultimately can lead to two inescapable results: to synchronize his civilisation with the natural cycles of the Earth, using his ingenious contraptions emerged from his mind, created quite often to avoid working on the basis of raw muscle strength, or end up smashing himself with his own inventions.

The real pity is that in his historical process of "economic development" (= environmental destruction), he is yanking out more life than what he needs to live and is causing intense deterioration in the natural environment, precisely that which nourishes and sustains him.

Spring may not only be time to expand but also can be used to self-examination and move into other dimensions that have to do with agriculture, that task that has historically taken man out of the cave and that although it seems that has led him to a zenith of production of enviable economic accounts to satisfy his inner cornucopia full of ambition, he has not been able to carry it without the wear and tear and suffering of the universe in the soil, this valuable layer built from the accumulation of millions and millions of vegetables who gave their lives and have contributed through time to the starting point upon which are based all terrestrial ecosystems.


The prison of self-absorption

The human world is a world of reverie. Few people try to escape from this vicious cycle of thinking that goes on unrestrained inside the cage of their heads, at least for a moment. His world is a steady wind of wallowing thoughts intertwining and fighting with other thoughts.

Far from these
monotonous thoughts and marked by social wear, few humans turn away momentarily to gaze upon the natural world around them, to observe without acquisitive desires or projecting their fears and ambitions, so typical of people caught in the prison of his head. That is, observing nature with no thought.

Now if you need to question the outside world with thoughts, the inside with the outside, the most important questions should be how each of us need to change our way of life to put it according to the natural temperament of fluidity in the world around us.

It is in this respect that some humans sometimes have moments of lucidity and thoroughly understand the importance of adopting methods of working the land in order to sustain life following the natural cycles.

It was on February 2nd of 1913 when a child was born in Japan who years later would become a farmer, biologist and philosopher would find a way to orchards using the same methods that nature uses to hold the Biosphere.

Masanobu Fukuoka
(†2008) was called. And he left us magnificent works on organic agriculture in tune with nature such as "The One-Straw Revolution" and "The Natural Way to Farming". He has transmitted to us through these insightful works a way to cultivate the land without disturbing the natural order and with minimal effort, to enjoy life with little but in all its fullness.

His farming methods are called "natural farming" or commonly known as the "Fukuoka Method" (Videos 1-2).


Northern (or Southern) Spring is a beautiful time, so divine. The same occurs in the tropics, when it rains for the first time after a long period of drought, the soil is moistened and distills a nice strong smell of wet earth.

A new opportunity to make Fukuoka style vegetable garden has arrived, respecting whatever green coverage has appeared, in a place where people before us
had sprayed glyphosate all over to kill all of the trees and any blade of grass which could be reached with the nozzle of the mechanical sprayer.

In our weed garden, those plants that usually nobody wants or care about, dandelions (Taraxacum officinale) have risen from the lethargy of winter and are shining as if they were tiny suns on the green meadow (Fig. 1). And they really are pieces of tiny stars!


No
dandelions shall be plucked out. Each can radiate all its beauty and give off its oxygen to the four cardinal points, together with the same miraculous essence coming out of all of its green neighbours, the substance which will enrich our lungs and keep us alive.

Life feeds upon life. No living heterotrophic can escape this dilemma. But if a life can become a bridge of life for other lives, without unnecessary destruction, then the dance of life on Earth is assured. The Earth, a
beautiful planet that serves as an oasis to life.

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