9 de enero de 2013
"Todos somos cementerios."
Leonardo da Vinci (1452-1512)
Fuente: anima naturalis |
Donde llega el hombre (Homo insapiens), las plantas y los animales no pueden vivir tranquilos. La deforestación pone en peligro su existencia, luego viene la explotación de los animales que caen abatidos a balazos o en trampas o son achicharrados por los incendios forestales. El resultado es que lo que antes fuera un bosque lleno de viva poco a poco se torna en una casa vacía. Colombia va por este camino.
Colombia es un país rico en todos los sentidos. Posee abundantes bosques, caudalosos ríos, recursos minerales y suelos ricos y abundante lluvia. Su biogeografía es amplia. Es uno de los países con mayor diversidad en el mundo (1.762 especies de aves, 454 de mamífeos, 506 de reptiles y 650 de anfibios), lo que lo ha convertido en un objetivo codiciado por la mafia internacional del comercio ilegal de fauna y flora silvestre.
Esta actividad ilícita mueve mucho dinero en colombia, situándose despúes del narcotráfico y el comercio ilegal de armas.
Según informes del Gobierno colombiano, existen unas 447 especies de flora y fauna amenazadas debido a este comercio ilícito.
La pena es que hay pocos datos sobre la explotación humana de la biodiversidad de Colombia. Mancera Rodríguez & Reyes García (2008) señalan que las autoridades colombianas carecen de datos que les permitan establecer el impacto de la explotación humana para cada especie. Los reportes para 1998 indican que sólo el comercio de huevos de iguana (Iguana iguana) produjo 900 millones de USD y la venta de tortugas hicoteas (Trachemys scripta callirostris) para el región de La Mojana (Sucre) significó 5.000 millones de USD.
De Colombia se exportan legal e ilegalmente miles de especies principalmente a Europa y Japón, lugares considerados como los "hubs" o núcleos centrales de recibimiento desde donde luego se comercializan o se consumen las especies.
La Policía Ambiental colombiana no da abasto a las denuncias de comercio ilegal de especies. En 2009 sólo en Bogotá fueron decomisadas 8.000 especies.
Las principales especies que son objeto de comercio ilegal incluyen tortugas, loros, monos, ranas y serpientes. Se estima que por cada uno de estos animales que se venden en una tienda de mascotas, cinco o más perecieron en el trayecto.
El tráfico ilegal de animales mueve unos 20.000 millones de USD en el mundo entero, lo que lo sitúa en el cuarto lugar de las actividades clandestinas que más generan dinero después del narcotráfico, comercio ilegal de armas y el tráfico de humanos.
Y lo patético del caso es que el dinero que sale de este tráfico ilícito, los mafiosos lo utilizan para derrocharlo en lujo, en el caso de que pertenezcan a la cúpula del crímen organizado, y por el lado contrario, si son los pequeños intermediarios o los de abajo, el dinero lo suelen emplear no para comer sino para comprar objetos electrónicos (TV, teléfonos móviles, etc.) para demostrar a sus vecinos que ya ha llegado, que ya son alguien. El objetivo es siempre el mismo: status social.
La codicia del hombre (Homo insapiens) es insuperable. Es tal su sed que por hacer dinero al final se va a destruir él mismo. Ya va bien encaminadado por esta ruta. El tren de vida actual del hombre no es sostenible. Por algún lado tiene que reventar. Tarde o temprano.
A continuación presentamos dos videos sobre el problema del comercio ilegal de fauna en Colombia:
Referencias
Herrera A. (2009). El tráfico de fauna silvestre: una tragedia ignorada por la mayoría. anima naturalis 2009.
Mancera Rodríguez N. & Reyes García O. (2008). Comercio de fauna silvestre de Colombia. Rev. Fac. Nal. Agr. Medellín, 61 (2): 4618-4645.
Martínez Silvestre A. & Arias Bernal L. (n.d.). La tortuga hicotea en Colombia: biología, usos y conservación. Reptilia, 52-57.
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