Numerosas especies de serpientes, incluyendo las poco comunes y aquellas en peligro de extinción, son capturadas directamente de sus hábitats naturales y destinadas al comercio de animales.
En los últimos años las serpientes han ganado terreno en el comercio de animales exóticos. En consecuencia, estos animales sufren desafortunadamente serios trastornos. Los más preocupantes son el sufrimiento intenso, el maltrato y la muerte de, literalmente, millones de reptiles cada año. Según Altherr, S. y Freyer, D. (2001), el comercio de reptiles como animales de compañía tiene un impacto negativo en el bienestar del animal. A lo largo de los últimos años la Sociedad Humana de los Estados Unidos (HSUS), el Fondo Internacional para el Bienestar de los Animales, la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA), Animal Aid y la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA) han publicado documentos que muestran el sufrimiento de animales durante la captura, la sujeción, el traslado, el periodo posterior a la compra, y los niveles de mortalidad inaceptables que conlleva cada paso del proceso de comercio.
El comercio con animales además de ser un acto de terrible crueldad animal, también representa un enorme problema de conservación. Numerosas especies de serpientes, incluyendo las poco comunes y aquellas en peligro de extinción, son capturadas directamente de sus hábitats naturales y destinadas al comercio de animales. Esto reduce considerablemente la población natural. La WSPA declara que aquellos que están a favor de tener reptiles como mascotas a menudo reivindican que la mayoría de reptiles con los que se comercia son actualmente criados por aficionados expertos y criadores comerciales, no obstante grabaciones obtenidas muestran una situación muy diferente. Un porcentaje significativo de reptiles que se venden y se tienen como mascotas en Norteamérica se capturaron en su medio natural, muchos de ellos originarios de países de África, Asia y Latinoamérica. Un importante número de reptiles son también legalmente (e ilegalmente) capturados en Estados Unidos y un .número bastante más pequeño pero no menos significativo en Canadá. Según el artículo Cold Blooded Conspiracy (2001) de C. Warwick, se estima que un 90-95% de reptiles no criados en granjas en el comercio de mascotas son todavía atrapados en su hábitat natural.
La organización HSUS expone que el comercio ilegal de reptiles ha aumentado debido a la creciente demanda de especies exóticas y poco comunes. Estados Unidos es el mayor consumidor mundial del comercio ilegal de plantas y animales. Este mercado ilegal se valora aproximadamente en 3 mil millones de dólares anuales del que los reptiles constituyen una parte significativa. Por desgracia, cuánto menos común sea una especie y mayor sea su peligro de extinción, mayor será el precio que se pagará por ella. Esto fomenta un incentivo monetario para que la gente capture estas especies y comercie ilegalmente con ellas. Cada año miles de reptiles son confiscados, por agentes de aduanas en aeropuertos, de manos de gente que trata de pasar reptiles de contrabando en Estados Unidos.
Las serpientes a menudo son capturadas de sus hábitats tras ser aturdidas o son atrapadas con ganchos de sus escondrijos. Estos métodos infligen dolor y en ocasiones heridas que amenazan la vida de las serpientes. Otro método conocido para atrapar serpientes consiste en verter sustancias químicas como gasolina en sus refugios y madrigueras. Los expertos estiman que por cada serpiente atrapada con éxito, diez mueren en el proceso de captura.
Tras la captura las serpientes son llevadas a unas instalaciones de alojamiento donde permanecerán durante semanas y semanas. Allí son privadas de cuidados y muchas mueren en condiciones de abandono, sin comida, sin agua y con temperaturas inadecuadas. Aquellas serpientes que sobreviven son destinadas a tiendas de animales. La mayoría mueren durante el transporte debido a condiciones extremadamente insalubres e inapropiadas. Los tiempos de entrega pueden prolongarse literalmente durante días enteros. De nuevo las serpientes son privadas de cualquier tipo de atención durante este periodo.
Las serpientes capturadas en su hábitat natural que logran sobrevivir entran tanto en el comercio de mascotas como en colecciones privadas infectadas por parásitos internos y externos. Estos parásitos presentan consecuencias negativas para la salud de las serpientes y muchas morirán.
Una vez que las serpientes llegan a las tiendas son tratadas como productos, como opuesto a forma de vida, y muchas más morirán debido a los cuidados incorrectos a los que son sometidas. Además muchas tiendas de animales tienen empleados con pocos o ningún conocimiento acerca de las serpientes que poseen. A menudo se aloja a las serpientes en terrarios con sustratos y niveles de humedad inadecuados, bajo temperaturas inapropiadas y, se les alimenta con dietas incorrectas, lo que conduce a la muerte prematura del animal. En un informe en el 2003 la RSPCA difundió que las tiendas de animales en el Reino Unido presentaban numerosos déficits en la información que se proporcionaba a los clientes interesados en la compra de animales exóticos, incluidos los reptiles. En un artículo de opinión para Arrowhead Reptile Rescue cuyo título era ‘¿Qué pasa con la industria de reptiles?’, el autor declara que muchos reptiles acaban en las manos de propietarios mal informados que no han recibido una información precisa. A continuación el autor plantea que “caimanes, cocodrilos, serpientes gigantes y muchas otras especies grandes e imponentes se encuentran fácilmente a disposición de cualquiera que tenga dinero en mano. Las iguanas y tortugas en periodo de incubación se venden a precios muy baratos, ya que se encuentran a miles y son puestas a la venta en lugares públicos para ser vendidas a cualquiera que pase por allí y que haya descubierto un interés temporal en estas especies. Aún no he visto una tienda de animales o un minorista que proporcione una información precisa y completa al comprador ingenuo medio antes de que compren estos animales”.
En su hábitat natural las serpientes tienen hábitos muy crípticos y prefieren permanecer escondidas debajo de las rocas, de hojarasca y, de otros refugios. En las tiendas de animales son alojadas rutinariamente sin ningún tipo de ‘escondite’. Es por ello que los animales están a la vista y así se fomenta su venta. A las serpientes les causa un gran stress el no disponer de un lugar seguro y esto puede tener efectos perjudiciales en su salud general.
Otro problema que presenta el comercio de mascotas es que permite que muchos individuos irresponsables tengan a las serpientes en cautiverio, sin tener en cuenta el hecho de que estos pueden ser incapaces de proporcionar a las serpientes el cuidado y el mantenimiento adecuados e incluso, pueden someter a estos animales a diversas maneras de abuso y abandono. Muchas serpientes como animales de compañía acaban en condiciones totalmente lamentables. Alrededor del 90% de los reptiles que son adquiridos como mascotas mueren prematuramente debido a las condiciones inadecuadas que tienen que soportar.
Aquellos animales que sobreviven son, a menudo, abandonados cuando sus propietarios se aburren de ellos. Muchas mascotas exóticas son liberadas al exterior en hábitats de donde no son originarias. Dejar mascotas exóticas en el campo puede alterar el equilibrio natural del ecosistema. Allí pueden transmitir enfermedades contra las cuales los animales salvajes no tienen defensas. La población salvaje de serpientes también sufre cuando la gente libera especies invasivas, que fueron una vez animales de compañía, en hábitats que no son los suyos de origen. El Dr. Whit Gibbons y diez coautores de un estudio en Bioscience identificaron seis amenazas principales que contribuyen al descenso de reptiles. El estudio enumeraba la introducción de especies invasivas, lo que ocurre en gran parte debido al comercio de mascotas, como la más seria de las amenazas, aparte de causar la destrucción y degradación del hábitat natural.
Un ejemplo perfecto de los peligros que el comercio de mascotas ha causado a las serpientes se ve claramente en el caso de las pitones de Birmania (Python molurus bivittatus) en Florida. Miles de estas pitones, originarias del sur y sudeste de Asia, fueron abandonadas por sus propietarios y ahora se encuentran por toda la zona de los humedales de Florida. La Comisión para la Conservación de la Pesca y la Fauna Silvestre (FWC) autorizó una temporada de caza de pitones excepcional en marzo del 2010 para eliminarlas. Es mala suerte que estas serpientes fueran capturadas y puestas en el comercio de mascotas, desatendidas y abandonadas por sus propietarios para ser finalmente sacrificadas; todo porque el ser humano las han querido explotar para su propio beneficio.
Por último, las serpientes no son mascotas, sino simplemente cautivas. Las mascotas son animales que se tienen para compañía. Crean vínculos con los humanos con quienes viven y, lo demuestran activamente. Los perros y los gatos juegan cariñosamente con sus dueños. Muchos presentan signos de angustia y de depresión cuando se les deja solos o son abandonados. Jugar con estos animales y pasar el tiempo con ellos mejora su calidad de vida. Efectivamente, muchos perros, gatos, conejos, conejillos de Indias y otros animales domésticos tratarán activamente de captar la atención de sus compañeros humanos. Las serpientes, por otro lado, no son así. No disfrutan cuando se juega con ellas, ni con besos ni abrazos. Ellas no establecen vínculos con los humanos. No se sienten solas. Tener una serpiente en estado de cautiverio no hace nada para mejorar la calidad de vida del animal. Se hace simplemente para cubrir los deseos egoístas de los propietarios, el deseo de poseer animales exóticos encerrados en espacios reducidos.
Debido al hecho de que continuamente se abusa, se maltrata y se explota a estos animales en el comercio de mascotas exóticas, se recomienda enérgicamente que la gente no obtenga las serpientes para tenerlas en cautividad.
Las circunstancias únicas en las que las serpientes deberán mantenerse en cautividad son: cuando se lleven a cabo programas de cría en cautiverio en conjunto con intentos de restauración y preservación del hábitat para ayudar a conservar y recuperar especies en declive o en peligro de extinción, o cuando se utilice en exposiciones educativas que promuevan activamente la conservación y el bienestar de las serpientes (no en exposiciones para entretenimiento).
Los aficionados a los reptiles a menudo afirman que la cría en cautiverio de reptiles ayuda a reducir el número de animales capturados directamente de sus hábitats naturales, supliendo la demanda con reptiles producidos en cautividad. Sin embargo, esta declaración es falsa. Según la publicación Scales and Tails de la WSPA, a pesar de las ventajas que se dan a entender en cuanto a la cría de reptiles en cautividad, los criadores pueden encontrar difícil competir con los animales capturados en sus hábitats, importados y que se pueden conseguir a un precio mucho más bajo por mayoristas y minoristas. Además, el crecimiento en el mercado de reptiles como mascotas ha superado con creces la habilidad de los criadores para satisfacer la demanda. Al mismo tiempo que el número de criadores de reptiles se ha incrementado, también lo ha hecho el número de animales capturados en sus hábitats naturales. Si bien es cierto que parte de la demanda de tipos concretos de reptiles (por ejemplo, la tortuga de orejas rojas, el gecko leopardo, la serpiente del maíz) puede cubrirse, a veces, por medio de la cría en cautividad, en conjunto esto no parece haber conducido a un descenso en las capturas de sus hábitats naturales.
Los defensores del comercio de reptiles como mascotas a menudo reivindican que el mantenimiento y la cría de sus reptiles de compañía contribuye de alguna manera a su conservación. Por desgracia, esta afirmación no podría estar más lejos de la realidad. El comercio de reptiles como animales de compañía implica el sufrimiento y la muerte de millones de animales poco comunes; la captura de millones de reptiles de sus hábitats naturales por todo el mundo; y alteraciones en los ecosistemas.
Por tanto, la industria del comercio de reptiles es totalmente innecesaria y no hay buenas razones para que la cría comercial de serpientes exista a manos de aficionados. Los aficionados a los reptiles, los criadores, los comerciantes de animales y los shows de reptiles contribuye al sufrimiento y a la muerte de serpientes.
OBSERVACIONES Y EXPERIENCIAS PERSONALES
Los partidarios del comercio de mascotas alegan que la crianza en cautividad para el comercio de serpientes ha sido beneficiosa para su conservación. Sin embargo, aficionados que coleccionan y acumulan serpientes y, los criadores que las venden como artículos sin vida no tienen nada que ver con la conservación o el bienestar de estos animales. Reuniones llevadas a cabo durante años con un gran número de aficionados a las serpientes han confirmado que sus únicas preocupaciones por estas eran o coleccionarlas o venderlas para su beneficio. No tenían ningún interés en su situación de conservación ni en su bienestar.
Los partidarios de este tipo de comercio también sostienen que la inclusión de las serpientes en el comercio de animales de compañía ayuda a cambiar las percepciones de la gente ante estos animales y, a su vez, mejora sus actitudes hacia dichos animales. No obstante, reuniones mantenidas con cuidadores de serpientes durante casi un periodo de una década han revelado que la mayoría de estos individuos tenían las serpientes para causar impacto. Muchos disfrutaban exhibiendo a las serpientes mientras luchaban con ratas y ratones. Su objetivo era que estos animales causasen sensación y disfrutaban infundiendo el miedo a aquellos que acudían a ver sus colecciones. Estas acciones solo promueven la perpetuación de los estereotipos negativos que mucha gente tiene por las serpientes.
Muchos de estos cuidadores también compraron serpientes por la novedad y, cuando esta dejó de serlo la calidad de los cuidados comenzó a decaer severamente.
Soy consciente de que algunos cuidadores y criadores ofrecen un cuidado increíble a sus animales. Sin embargo, estas excepciones no justifican la gran escala de sufrimiento, abuso y muerte de serpientes que tiene lugar al ser vendidas como mascotas; ya sea en tiendas de animales o por parte de criadores privados.
Me asombra como la gente que dicen amar a estos animales continúan apoyando esta crueldad grotesca.
Aquellas personas que tienen simpatía por las serpientes deberían esforzarse por ayudarlas encargándose de iniciativas para el cuidado de la tierra con el fin de restaurar y proteger el hábitat, o mediante donaciones a proyectos de conservación de serpientes, o sea lo opuesto a simplemente acumular y coleccionar serpientes para satisfacer sus deseos egoístas.
Mientras los aficionados a los animales domésticos están ocupados adquiriendo serpientes para tenerlas en cautiverio, yo trabajo en su conservación y recuperación, y ayudo a disminuir las amenazas y la crueldad a las que se enfrentan.
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