Foto: cortesía de Milagros S. Trullén. |
Por Dr. H. M. F. G. von Österreich und von
Toskana
Miembro de la Union
of Concerned Scientists (USA)
30 de abril de 2014
“No se puede tocar una rosa sin tocar una estrella.”
William Shakespeare (1564-1616).
Había una vez dos gigantes que eran hermanos. Eran dos grandiosos
monumentos naturales entre otras maravillas del mundo vegetal del reino. El sol
alegre les brindaba luz cada día para fortalecer sus venas. La luna y las
estrellas acariciaban sus cabezas por la noche al dormir. Crecieron juntos bajo
el cielo y se querían muchísimo.
Sus esbeltos y hermosos portes daban cobijo a muchos amigos grandes y
pequeños. En verano servían de refugio de las tormentas a quien buscara un
resguarde. Llegaba el otoño silenciosamente con recuerdos del Norte y se
vestían de intensos amarillos destacándose entre los demás pobladores del Reino
Vegetal de la campiña.
Pasaban el invierno durmiendo hasta el deshielo. Los rayos del sol
primaveral los despertaba arrullados a la vez por bellos trinos de divinos
pájaros que cantaban alegres de que había llegado otra vez la época de abundancia.
Y contentos dejaban atrás su largo sueño y comenzaban a respirar. Emocionados
vibraban llenos de vida.
Su generosidad era proverbial. Sólo sabía dar.
Vida tenían y vida daban. Sólo existían para dar a todos aquellos a su
alrededor y más allá. Eran un buen ejemplo de imitar.
Eran felices. Y seguían felices hasta que un día algo terrible sucedió.
La maldita mano del hombre cercenó la vida de uno de ellos y el otro
gigante solo se quedó y lloró. El solitario gigante hoy se pregunta:
- ¿Cuánto tiempo
me queda de vida antes que el hombre venga con su maldita hacha mecánica y me
mate?
La magia del Valle del Camino Corona de los Cuervos se desvanece poco a
poco... y los necios humanos no se
enteran. Nunca aprenden las lecciones.
Gracias, Don Chopo
A vosotros, os presento nuestro carísimo y extraordinario hermano, amigo
y vecino Don Chopo (Fig. 1) y el recuerdo de su abatido querido hermano (Fig.
2).
Figura 2. restos del tronco del hermano (abajo) de Don Chopo (arriba). Foto cortesía de Milagros. S. Trullén. |
Don Chopo es un árbol precioso, bellísimo, elegante y centenario. Nunca
hubo ni jamás habrá semejante obra salida de la mano del hombre como nuestro
extraordinario hermano, amigo y vecino Don Chopo.
Las catedrales construidas por la mano del hombre, por ejemplo, son
cosas toscas y estructuras muertas en comparación con Don Chopo, un ser
radiante y lleno de vida.
Don Chopo, megaingeniero de ecosistemas
Don Chopo pertenece a un antiquísimo linaje (Malpighiales: Salicaceae: Populus)
que se perfiló en el Eoceno hace unos 60 millones de años, en
el Hemisferio del Norte, según el registro fósil más indiscutible (Dilcher
& Lott, 2005; Manchester, et al., 1986, 2006).
Antepasados de Don Chopo ya adornaban los hermosos jardines del rey CiroII el Grande de Persia (ca. 675-530
a. de C), fundador del Imperio de los Achaemenidae.
Don Chopo es parte de un gran grupo de hermanos que se distribuyen
ampliamente en el Viejo Mundo (Fig. 3), adornando, trabajando y velando por el
bienestar de la Biosfera
con su valiosísimo oxígeno.
Figura 3. Distribución natural de los hermanos de Don Chopo (Populus nigra) en Eurasia y Africa. Fuente: Dickmann & Kuzovkina (2008). |
Don Chopo es una auténtica catedral viva construida por la Mano Divina de nuestra
Madre Naturaleza, la madre de nuestras madres y de sus madres y de las madres
de éstas y así sucesivamente hacia atrás hasta llegar a la primera célula sobre
el planeta Tierra. Y también de todos vosotros.
Don Chopo nos da vida, nos da aire fresco, nos hace sonreír, nos inspira
y conecta con el mundo secreto de la Tierra. Don Chopo es muy generoso.
Don Chopo es todo amor.
Desde que ha nacido Don Chopo trabaja abnegadamente por el mantenimiento
de la Biosfera,
junto con el resto de sus hermanos más cercanos y lejanos del Reino Vegetal a
lo largo y ancho del planeta.
La historia cuenta que Don Chopo ya alzaba sus brazos en todo su esplendor
hacia el cielo unos 40
metros hace más de 70 años. Posee una circunferencia de 4 metros a la altura del pecho.
Se le calcula una edad
aproximada de 140 años y pueda que más, pues nuestros cálculos están basados en una conversación con una vecina del Camino Corona de los Cuervos cuya edad es de 83 años actualmente. Ella nos ha dicho que "ya conoció a este chopo así de viejo".
Lo que quiere decir que Don Chopo en todo ese tiempo, 140 años,
ha producido y soltado a la atmósfera aproximadamente 17,000 kilogramos
de oxígeno (O2) y ha absorbido más de 3,000 kilogramos
de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera (Tabla 1).
Tabla 1. Servicios Ecológicos de Don Chopo (Populus nigra)
ubicado en Camino Corona de los Cuervos de Jaca (Huesca, España)
Edad de Don Chopo (Populus nigra)
|
Produccíón de oxígeno (kg/año)
|
Precio actual del oxígeno puro (2,500/kg USD)
|
1 año
|
118
|
295,000
|
140 años
|
16,520
|
6,250,000
|
Si consideramos que el precio actual de un kilogramo de oxígeno puro
cuesta en el mercado internacional US$2,500, o sea US$2.50 por cada gramo, entonces a Don
Chopo le adeudamos US$6,250,000 (4,606,087.41
euros) por la producción de oxígeno en 140 años.
En otras palabras, el Servicio Ecológico de Don Chopo en 140
años sólo por su oxígeno tiene el valor de 6 millones 250 mil US dólares
(Tabla 1).
¡Y sus Servicios Ecológicos han sido GRATIS!!
Don Chopo ha estado durante aproximadamente 140 años interactuando con
la atmósfera, sujetando y siendo parte de la Biosfera, añadiendo
materia orgánica a la tierra en otoño (Fig. 4) y aportando otros servicios
ecológicos. ¡GRATIS!
Por lo tanto, Don Chopo es un Megaingeniero de Ecosistemas.
¡Qué ingratos e ignorantes hemos sido los humanos cuando lo único que
hemos sabido hacer es matar al querido hermano de Don Chopo (Fig. 2)!!!
A vos Don Chopo os damos las gracias por vuestro aliento que nos
alimenta nuestros pulmones y por mantener sano el aire que respiramos nosotros
los que nos hacemos llamar “humanos”.
Os damos las gracias por las melodias de vuestra flauta cuando el viento
pasa entre vuestros brazos.
También os damos las gracias por alegrar nuestros corazones con vuestra
presencia y sabiduría y por la magia que no encontramos en el mundo “lógico” de
los humanos.
!Gracias, hermano Don Chopo!
Un chopo vivo vale más que todo el
oro del mundo
Mi padre era un experto en agricultura y gran filósofo, amaba el campo,
le encantaba estar en contacto con la Naturaleza y sentirse parte de ella. Estaba
enamorado de la Tierra.
Una vez le hice la pregunta de por qué, cuando a él le apetecía o
mandaba a un empleado en la finca, labraba la tierra por la noche con un
tractor Massey Ferguson.
Él me contestó que lo hacía para “evitar que las
semillas de las hierbas, aquellas plantas que nosotros los humanos no nos
podemos comer, no germinasen, pues una mala hierba es sólo una planta a la cual
el hombre no le ha encontrado ningún uso.”
Quince años más tarde después de que yo le había hecho esa pregunta a él
unos científicos en una universidad de Alemania “descubrieron” que las semillas
de las mal llamadas “malas hierbas” podían permanecer dormidas y viables
enterradas por largos períodos de tiempo, algunas hasta 200 años.
En el momento que pasa el arado labrando la tierra, cuando el agricultor
remueve y revuelca las semillas con el arado y las expone a la luz del sol,
aunque sea por una millonésima de segundo, eso es ya suficiente para activar su
proceso de germinación.
Mi padre era una persona adelantada a su tiempo. De él y de mi madre
aprendí el incalculable valor de cada componente de la Naturaleza, desde el
humilde helecho, la trabajadora lombriz de tierra y la vida marina o de lagos y
ríos hasta el grandioso elefante, la maravillosa ballena, el elegante tigre, el
hermoso león, la tranquila tortuga, la brillante serpiente, los nobles robles,
las centenarias ceibas, los cariñosos baobabs o los generosos mangos y
cocoteros.
Me enseñaron que en la
Naturaleza no hay desperdicio. Cada eslabón es más valioso
que todos los presupuestos de las naciones del mundo. No tiene precio.
Cada trocito de la cadena de la madeja armoniosa de la Tierra es más valioso que
todos los lingotes de oro y joyas del legendario tesoro del general japonés
Tomoyuki Yamashita, apodado el “Tigre de Malaya”, o los diamantes en el
mercado de Bélgica o las piedras preciosas que aún están escondidas en las
entrañas de la Tierra. No
tiene precio.
Desde esta perspectiva no ha sido difícil comprender el valor de Don
Chopo en el Camino Corona de los Cuervos de Jaca (Huesca, España).
Y vos, Don Chopo, sois un Eslabón Divino en la Red de la Vida.
En vuestra vida está la vida.
Por lo tanto, Don Chopo, nuestro extraordinario hermano, amigo y vecino,
!vale más que todo el oro del mundo!!
Y Don Chopo lo vale por muchas razones.
Primero porque desde que Don Chopo ha germinado y ha extendido
sus hojas hacia el cielo no ha cesado de dar y llenar la atmósfera de la Tierra con su oxígeno
(Tabla 1). Y sin oxígeno nosotros no podemos vivir.
Adicionalmente, Don Chopo es parte de una comunidad vegetal urbana cuyas
funciones ambientales incluyen moderar el mesoclima de la Ciudad de Jaca, dar sombra
durante el verano, ayudar a reducir la contaminación ambiental secuestrando CO2
de la atmósfera, abonar la tierra con las hojas, protección del manto
acuífero, entre otras.
En segundo lugar porque nos llena el corazón con su belleza. Don
Chopo está entre los árboles más bellos, utilizados desde la antigüedad por su
estructura columnar para impartir valor estético y recreacional a áreas verdes.
El efecto de la belleza de un árbol llega hasta la médula, por decirlo
así. El hombre ha evolucionado en plena naturaleza y su cerebro está “hardwired”
(cableado) para interactuar con lo vivo. El simple hecho de ver un árbol u otro
ser vivo le produce un efecto de bienestar mental, aunque la persona no se
percate.
En la actualidad, una de las maneras para disminuir el crímen en las
áreas económicamente deprimidas de las grandes ciudades (e.g.,
Londres, Inglaterra) es creando espacios verdes de recreo donde las
personas, especialmente la juventud, puedan ir a relajarse, caminar y jugar al
aire libre.
También los espacios verdes urbanos contribuyen a las salud de los
vecinos. Por la sencilla razón de que una persona en la ciudad sabe que tiene
un lugar verde a 200
metros de su casa a donde ir y que puede visitarlo
cuando quiera tiende a disminuir el número de sus visitas al hospital.
Algunos estudios demuestran el efecto positivo de los paisajes naturales
con abundantes árboles, es decir influencias psicológicas restauradoras, en los
períodos de permanencia postquirúrgica en los hospitales.
En una investigación sobre la influencia de las vistas naturales en un
hospital suburbano de Pennsylvania (USA) llevado a cabo entre 1972 y 1981,
Ulrich (1944) ha encontrado que si los pacientes podían ver zonas verdes con
árboles a través de sus ventanas, su período de recuperación después de una
intervención quirúrgica (colecistectomía) fue más rápido y utilizaban menos
analgésicos que las personas recién operadas y cuyas ventanas estaban
orientadas a paredes de ladrillo carentes de vegetación y sin vistas naturales,
en cuyo caso tardaron más tiempo en sanar, consumían más analgésicos y por ende
permanecieron más tiempo en el hospital .
Por lo tanto, los árboles contribuyen a la salud y al bienestar
psicológico y social de los humanos en áreas urbanas.
Tercero porque su presencia le da valor estético, paisajístico
y urbanístico al Camino Corona de los Cuervos de Jaca.
Al respecto, Nowak & Dwyer (2007) señalan que si se altera el tipo y
ubicación de los árboles en una ciudad, es decir la estructura urbana forestal,
se puede afectar el ambiente físico, biológico y socioeconómico de una ciudad.
En este sentido, hay personas que en los días de puente visitan la
ciudad de Jaca y se dedican a fotografiar los alrededores de la urbe. Aquellas
que se aventuran a lo largo del Camino Corona de los Cuervos frecuentemente
fotografían a Don Chopo. Su majestuosidad, tamaño y edad les impresiona.
Por otra parte, si ignoramos los procesos naturales y la ecología en las
áreas urbanas, esto puede dar lugar a que la sostenibilidad de una comunidad
humana sea afectada negativamente a la larga.
Cuarto porque Don Chopo es parte de la biodiversidad local y
global.
De acuerdo al proyecto COHAB Initiative Secretariat de Irlanda (2010),
la biodiversidad es la base de la salud humana. Por medio de la obtención de lo
necesario para vivir y los servicios ecológicos que la biodiversidad nos
brindan, la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad pueden
proveernos de beneficios significativos a nuestra salud.
En contraste, la pérdida continua de la biodiversidad a escala global
representa una amenaza directa a nuestra salud y bienestar.
Sin un medio ambiente global sano y capáz de sostener una diversidad de
vida, ninguna población humana puede existir.
Los investigadores Meyerson et al. (2009) han llegado básicamente
a la misma conclusión, de que el mantenimiento de la biodiversidad y los
servicios ecológicos globalmente son críticos para la salud y bienestar de los
humanos.
Pero no seamos egoístas y pensemos en la conservación de la
biodiversidad sólo desde nuestro punto de vista económico. Una manera miope de
ver las cosas.
Velar por la biodiversidad en la Tierra es un deber moral y ético de cada ser
humano. Algo en lo que hasta ahora hemos fallado rotundamente.
Debemos actuar inmediatamente a favor de la conservación de la
biodiversidad. Ya no hay tiempo que perder.
Comencemos por conservar a Don Chopo y toda la biodiversidad de su
entorno.
Lo que quiere decir evitar proyectos urbanísticos (e.g., Levante Sur
SUP-12a y SUP-12b) en Jaca que sólo traerán problemas ecológicos y amenazar
la sostenibilidad de la comunidad humana y no humana a la larga. Sobre este
tema hablaremos en otra ocasión.
Por lo tanto, desde la perspectiva de la conservación de la
biodiversidad, la vida de Don Chopo y sus hermanos del Reino Vegetal son de
incalculable valor.
Y quinto, Don Chopo con su presencia enriquece y es parte del
mantenimiento de la
Biosfera.
Es parte de la matriz que aporta y sujeta la vida en el planeta Tierra.
Así de simple.
Un sentido pésame para Don Chopo
Señor Don Chopo, lamentamos mucho la pérdida de vuestro hermano. Aunque
nuestro pésame llega tarde esperamos aceptéis nuestras más profundas
condolencias.
Por favor, debéis comprender que nosotros acabamos de emerger en el
drama de la historia de la vida y la Providencia ha hecho que apreciemos una pizca de
Su Luz y de Vuestra Luz y que nos hayamos cruzado en Vuestro Camino, Don Chopo.
!A vos Don Chopo y a vuestros hermanos, os deseamos de todo corazón una
larguísima vida!
Ahora abordemos un poco el tema de la integridad personal de Don
Chopo.
Don chopo es una persona
Don Chopo también es una persona. Don Chopo tiene personalidad
jurídica, tal como la tiene una empresa que no es una persona en sí pero está
constituida por humanos.
En ciertos casos estos humanos son miembros de poderosas empresas,
intocables estos humanos a veces por la ley aunque algunas de estos negocios se
dedican a causar más mal que bien, por ejemplo a contrabandear lo ilegal
incluso estupefacientes y a blanquear dinero negro aliados con la mafia.
Y si Don Chopo está vivo tal como lo está cualquier humano y ha
contribuido al mantenimiento de la
Biosfera durante 140 años, ¿por qué no debería tener
personalidad jurídica Don Chopo considerando su trabajo por la Biosfera a lo largo de
toda su vida (Tabla 1)?
En realidad, Don Chopo es un miembro de otra nación, como otras. Y
todas, incluyendo las de los humanos, están atrapadas en la red del espacio y
del tiempo.
En un mundo estructurado así no hay independencia sólo interdependencia.
Si bien es cierto que los listillos que abundan en estos tiempos en
cualquier rincón del mundo argumentarán que si fuese así no podríamos construir
casas con la madera de seres vivos que llamamos “árboles”.
Podemos decir que está bien y no está bien. Y cada quien piense lo que
está bien y lo que no está bien, asumiendo que cuentan con comprensión profunda
para distinguir la diferencia cuándo está bien y cuándo no está bien.
Y ante la crisis ecológica de nuestra propia construcción ante la cual
estamos enfrentados en la actualidad, será mejor que todo aquel que no sabe la
diferencia entre lo que está bien y lo que no está bien aprenda la diferencia
entre ambos.
Hoy más que nunca debemos desensimismarnos, salir del yo y yo y sólo yo
y pasar al nosotros, siempre y cuando el nosotros vaya más allá del nosotros
doméstico y que sea y debe ser un nosotros global.
Si hemos logrado una globalización del yo y yo y sólo yo, un
sistema económico canibalístico y al revés, ya es hora que lo enderecemos y lo
hagamos cómo debería ser: Todos en uno y uno en todos.
Nos enfrentamos a una crisis ecológica bien documentada. Muchos
científicos y expertos nos avisan hasta dónde estamos ya metidos y lo que se nos
avecina, entre los que están Peter F. Sale (2011) con su obra titulada “Our
Dying Planet: An Ecologist´s View of the Crisis We Face” (Nuestro planeta
moribundo: una visión de un ecólogo de la crisis a la que nos enfrentamos).
¿Y quién escucha?
A lo anterior, sólo añadiremos que no está bien cuando plantamos y
destruímos a los árboles sólo para que al final nos masturbemos la mente con
figuras, imágenes y lecturas profanas sobre papel y otras vanidades que no le
agregan nada a la
Biosfera. Todo lo contrario, le restan y le restamos.
¿Cómo
le restamos a la Biosfera?
La
contaminamos con sustancias procedentes de la industria del papel y que
son peligrosas para la salud de todos los seres vivientes en la Tierra.
En
Europa, a pesar de que en 2009 comenzó el proyecto RISKCYCLE financiado
por el European Union Framework Program 7 (FP7), cuya idea era el manejo
basado en el riesgo de químicos y aditivos peligrosos y productos utilizados en
una economía circular, es decir un sistema de reciclado, el problema de la
contaminación del medio ambiente aún continúa.
Grundmann
et al. (2013) señalan que disruptores endocrinos están siendo
introducidos en el ciclo del papel, especialmente el compuesto quÍmico
denominado bisfenol A [bisphenol A, 2,2-Bis-(4-hidroxifenil)propano
(BPA); Fig. 5].
Figura 5. Bisfenol a (BPA). Fuente: Grundmann et al. (2013). |
En este
caso, el BPA proviene del reciclado de papeles termales utilizados en
fotocopias y los cajeros automáticos, según Bilitewski et al. (2012).
El
papel higiénico, por ejemplo, contiene una alta concentración de BPA
(Bilitewski et al., 2012).
El BPA
es luego encontrado en el agua de los ríos o en las aguas de las plantas
depuradoras de residuos urbanos.
Adicionalmente,
las tintas utilizadas para imprimir papel en las imprentas pueden contaminar
incluso el cartón que la industria de alimentos emplea para empaquetar sus
productos y de esa manera entran en la cadena alimenticia de los humanos
(Grundmann et al., 2013).
A lo
anterior hay que sumarle que las industrias textilera, electrónica, peletera,
plásticos, lubricantes, etc., también aportan muchos contaminantes al medio
ambiente, ya sean montadas de manera linear o de ciclo (reciclado).
Da
igual, el resultado salido de las manos del hombre jamás será como el de Don
Chopo, el cual sólo sabe dar. Y dar bien para que todos esten bien
con su oxígeno.
De tal
manera, como podemos ver la masturbación mental con el papel impreso
conduce a la contaminación ambiental y de los alimentos.
Y
plantar árboles sólo para este propósito no está bien pero podría estar bien si
la gente tuviera la cabeza donde debería estar bien. Entonces se plantarían
para que nos den oxígeno y nos depuren la atmósfera.
Pero la
gente no está bien ni siquiera donde debería estar bien, nadando en la abundancia,
pues la cuestión de estar bien no tiene nada que ver con lo de afuera.
No hay
duda que si ya tienes satisfechas tus necesidades para sobrevivir, el tener
demás podría ayudarte ha estar bien pero si tú no estás bien en tu mundo
interior nada estará bien, esté bien o no esté bien.
Después
de todo, como alguien dijo por allí: “Happiness is a matter of internals,
not externals.” (La felicidad es una cuestión de interiores, no de
exteriores).
Tampoco está bien usar como excusa la explotación forestal con el
propósito de blanquear capitales procedentes del narcotráfico, en
lo que se le denomina el “greenwashing
”(lavado verde). Cosa que está muy de moda en la actualidad.
Estas empresas suelen anunciar y llenar los medios de comunicación con
vistosos anuncios “verdes” llenos de imágenes de niños correteando en el
campo y logos sofisticados, todo “ecológico”, y que hablan
seductoramente de la “sostenibilidad” y de “desarrollo sostenible”
para atraer inversores.
A menudo estas empresas greenwasheras (lavanderas) son tentáculos
de un mismo pulpo económico, o sea son satélites de grandes intereses
económicos, y por lo tanto se pueden permitir el lujo de estar asociadas a
instituciones y universidades prestigiosas para disfrazar y blanquear su
imágen.
Aunque sucede a veces que tales instituciones y universidades no tienen
nada de prestigiosas en el fondo pues tienen algunos de sus fondos invertidos y
trabajando en otras empresas y éstas en otras entre las cuales puede haber unas
cuantas empresas que no tienen nada que ver ni con “sostenibilidad”
ni con “desarrollo sostenible”. Son más bien tapaderas para lavar
dinero.
También estas empresas greenwasheras suelen contratar a unos cuantos
científicos que venden su alma al diablo para que “investiguen” y les avalen
su “greenwashing” con montones de
información sobre biomasa y bioenergía, camionadas de datos estadísticos y
modelos matemáticos y mucha ciencia ecológica e ingeniería química muy lógica.
Todo suena muy lógico pero por debajo y al final de cuentas resulta todo
muy ilógico, de acuerdo a la lógica de las Leyes de la Madre Naturaleza.
Y por supuesto estas empresas greenwasheras hacen mucho hincapié de que
se trata de un negocio altamente “sostenible” y sobre todo “rentablemente
sostenible”.
Pero una investigación a fondo de estas empresas “forestales
sostenibles”, siguiéndoles la pista del dinero en los paraísos fiscales
donde montan empresas fantasmas para lavar los fondos negros, basta para
destapar su tamal greenwashero.
Frecuentemente son negocios en los cuales tienen las patas debajo del
agua metidas en el lodo junto con el crímen organizado internacional.
En fin, el hombre está en la actualidad no sólo en lo que se ha venido
en llamar el Período Antropoceno sino también está sumergido en el Período del Plasticoceno y últimamente está metido en
el Período Greenwasheno (de greenwashing, lavado verde).
El Homo insapiens está zampado en pleno Período Greenwasheno.
Metido hasta las agallas.
Supuestamente para “sostener” un estilo de vida que no se puede
sostener por mucho que digan los expertos que se puede sostener.
Pero... y pero... dirá otro listillo sabelotodo del zoológico humano que
no sabe lo que debería saber de las cosas que debe saber y no las sabe porque
sólo sabe donde sabe que no hay quien sepa para demostrar que las sabe aunque
no las sepa cómo debería saberlas.
Aguarda que no hemos terminado con lo que todos deberíamos y debemos
saber.
Hay más, entre lo que sabemos y no sabemos, y lo que sabemos nos puede
costar caro si no lo sabemos aplicar con saber en lo que sabemos donde no lo
sabemos.
Examinemos algo de lo que sabemos. Aunque lo que sabemos no es nada
comparado con lo que no sabemos.
Al menos todos sabemos que los animales dependen de las plantas para
vivir. El elefante africano (Loxodonta
africana), por ejemplo, utiliza las acacias (Acacia spp.)
para alimentarse.
También es cierto que los elefantes africanos privados de sus rutas
migratorias ancestrales se ven obligados a vivir encerrados en parques
nacionales y en ocasiones pueden destruir más rápido las acacias que éstas se
pueden regenerar y al final causan daño ambiental directo e indirecto.
Si los dejamos en paz, los elefantes en su rodar se vuelven a acomodar
en el rompecabezas de la vida y equilibrar su medio ambiente, pues uno de sus
servicios ecológicos es la dispersión de semillas de árboles al
defecarlas en su andar por las sabanas africanas.
Hay incluso especies de árboles, por ejemplo Balanites wilsoniana,
que dependen exclusivamente de los elefantes (Loxodonta africana) para
la dispersión de las semillas (Chapman et al., 1992).
Los elefantes, sin nuestras meteduras de pata en sus vidas, son
considerados como los “Megajardineros de los bosques” por los
científicos Ahimsa Campos-Arceiz y Steve Blake (2011).
En cuanto a nosotros los humanos, ¿no destruye el hombre arrasando todo
en su paso por toda la faz de la
Tierra cuando se supone que es un ser racional?
¿No está viviendo el hombre a un ritmo derrochador como si el
equivalente de cinco o seis planetas Tierra estuviesen a su disposición?
¿No se comporta el hombre como un megadestructor de ecosistemas?
Aún le queda al hombre el trabajo de acomodarse en la compleja red de la
vida antes de que la
Madre Naturaleza le toque la campana de la extinción, pues
las especies que no se amoldan a las Leyes de la Vida perecen.
Entonces, queda obvio que en el caso de Don Chopo tenemos más que ganar
que perder si lo dejamos vivo (Tabla 1), con los años que le quedan de vida.
Don Chopo podría vivir otros 100 años o más si no lo molestamos.
¿Preocupaciones por la caída de Don Chopo?
Es caso de Don Chopo es
particular. Durante numerosas decenas de años este árbol ha estado sometido al
fuerte estrés mecánico del viento, sin ningún problema. Se encuentra justamente
en medio un "río de aire" que baja del Valle de Aragón y que pasa por
el Camino Corona de los Cuervos.
A lo largo de más de un
siglo, Don Chopo ha aguantado y resistido vientos con fuerza de 0 (0-1 km/h) a 7 (50-61km/h) y
hasta 9 (75-88 km/h)
o más en la Escala de Beaufort. Incluso ha sobrevivido el ciclón del 19, 20 y 21 de octubre de
2012 que causó estragos en varios pueblos (e.g., Villanúa, Castiello de Jaca)
del Valle de Aragón y salió completamente ileso. ¡Y hoy está más bello y
radiante que nunca!
Como respuesta al estrés
mecánico y para mejorar su anclaje al suelo, según Scippa et al. (2008) y Trupiano (2010),
las plantas han desarrollado complejo mecanismos para detectar perturbaciones
mecánicas y para inducir una amplia gama de modificaciones a los niveles
anatómico, fisiológico, bioquímico, biofísico y molecular.
Al respecto, los pocos
estudios (Scippa et al., 2008) en los chopos (Populus spp.) han demostrado que para
compensar al estrés mecánico estos árboles cambian la morfología del sistema
radical produciendo nuevas raíces laterales y asimismo las propiedades
biomecánicas de las raíces son modificadas, por medio del aumento de la masa
radicular y la síntesis de lignina.
Y esto es lo que sabemos de
las raíces de Don Chopo. Posee un sistema radical sano, amplio y fuerte cuya
extensión, según hemos podido observar cuando limpiaron el canal y debido a la
tensión de las raíces por la pala mecánica, va más allá de los 10 metros en todas
direcciones y llegando a una prof undidad de un metro o más.
En otras palabras Don Chopo
cuenta con un buen sistema radical para mantenerlo anclado por mucho tiempo.
Si bien es cierto que la
base de su tallo fue sometido al fuego ilegalmente varios años atrás, según
reportes de vecinos, con el objetivo de "acelerar su muerte", en la
actualidad la herida ha sanado estupendamente, pues el daño al árbol no fue
grave y no presenta ningún problema.
Su tallo en general está
fuerte y vigoroso. Sí presenta algunas pequeñas ramas secas que caen poco a
poco y de las cuales se aprovechan los pájaros carpinteros para buscar orugas
de insectos.
En fin, Don Chopo está
sano, con una cicatriz como recuerdo del abuso de los humanos.
Debemos de mencionar que Don Chopo alberga
una
gran comunidad de hongos, plantas epífitas, insectos, arácnidos, tardígrados,
moluscos, etc., algunos de ellos protegidos por la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Y además, especialmente durante el invierno se
refugian entre sus ramas y agujeros varios ejemplares de murciélagos cuyas poblaciones están
amenazadas actualmente debido a las actividades de los humanos.
Por otra parte, la misma Ley 42/2007, de 13 de
diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, en su
artículo 33.2 establece que "se considerarán
también Monumentos Naturales los árboles singulares y monumentales...."
Por lo tanto, Don Chopo,
por su edad, más de cien años, su gran tamaño, su
belleza y su importancia genética, dado que ha resistido la adversidad medio
ambiental durante más de un siglo, por sus servicios ecológicos en su comunidad
y por su importancia paisajística entraría bajo la proteccion de la Ley 42/2007, de 13 de
diciembre.
Resumiendo, Don Chopo no es
sólo un árbol sino también todo un universo en sí.
¿Y qué podemos decir de su
valor?
Don Chopo: un banco genético excepcional
El acervo genético
de Don Chopo es un valioso patrimonio natural.
Sin duda Don Chopo contiene
un sistema genético (diploide, con 2n=38 cromosomas) que le ha permitido
sobrevivir las adversidades bióticas y abióticas del medio ambiente durante 140
años, por lo tanto es de suma importancia su conservación.
Normalmente, en las
choperas intensivas predomina la uniformidad genética, lo cual conlleva un
riesgo ante el ataque de enf ermedades. Por lo tanto, existe el objetivo de conservar la diversidad genética de la especie Populus nigra en Europa.
Por otro lado, desde el
punto de vista biotecnológico, los chopos han sido utilizados como modelos para
experimentos transgénicos y de clonación para explotaciones forestales. Siendo
así, los genes de los árboles de chopo (Populus spp.) son dinero constante y
sonante.
Podemos resumir diciendo
que Don Chopo es un banco genético de enorme valor económico, el aspecto que
más interesa a la gran mayoría de humanos.
Pero hay algo que Don Chopo nos ofrece gratis: un tesoro oculto.
El tesoro oculto
de Don Chopo
En la actualidad, la
pérdida de biodiversidad es una de las mayores preocupaciones de los
científicos.
Esta preocupación ha ido
aumentando a medida que los investigadores se han dado cuenta de la íntima
conexión entre la biodiversidad y la estabilidad de los ecosistemas alrededor
del mundo.
Desgraciadamente el mensaje
cuesta que cale en la consciencia del público y de la mayoría de los políticos,
donde los beneficios económicos a corto plazo ocupan el primer lugar de su
atención.
Ante el deterioro de los
ecosistemas causado por humanos, generalmente la gente no suele reaccionar como
debería, con rapidez, pues las futuras generaciones dependerán del buen estado
del medio ambiente que heredarán.
Su futuro depende de las
decisiones que tomen las generaciones del presente.
Así, desde esta
perspectiva, es de suma importancia tomar el camino que conduzca a la
conservación de la biodiversidad en cualquier parte del globo.
Por lo tanto, Jaca no se
puede permitir el lujo de que su patrimonio natural sea borrado del mapa en lo
más mínimo.
Esta ciudad del Pirineo
aragonés ha estado sometida a la mano del hombre por varios milenios y se nota
el impacto antropogénico en sus ecosistemas.
Si observamos un mapa aéreo
de Jaca (Fig. 6), notaremos en primer lugar la gran cantidad de tierras labradas alrededor del casco urbano.
Figura 6. Foto aérea de Jaca (Huesca, España). Fuente: Google Earth via nevasport.com. |
Lo que quiere decir que son
escasos los lugares que han permanecido sin ser tocados por el hombre.
Pero hay excepciones.
Precisamente es en este contexto que cobra importancia el lugar exacto que
ocupa Don Chopo, uno de los pocos árboles centenarios en Jaca.
El área donde está asentado
Don Chopo ha permanecido sin ser labrada, molestada o dañada por
más de 100 años.
Por lo tanto, las
comunidades microbiana, fúngica y de microinvertebrados en contacto y alrededor
de cada una de las raíces y sus miles de ramif icaciones de éstas que posee Don
Chopo, lo que se denomina la rizosfera, es única y presenta una
mayor diversidad en comparación con la tierra alrededor del árbol, las cuales
han estado siendo labradas año tras año, según nuestras observaciones
preliminares.
Se sabe que un 90% de todas
las plantas establecen relaciones simbióticas con hongos (Cairney, 2000). Y la
gran diversidad que presenta el mundo vegetal en la actualidad precisamente se
debe a este tipo de simbiosis.
La mayoría de plantas posee
hongos endofíticos en sus raíces, indica Danielsen (2012). Cuando existe una
asociación simbiótica endomicorrizal, las raíces de las plantas proveen con
exudados nutritivos (carbohidratos) a los hongos y las plantas a su vez
obtienen por parte de los hongos sustancias orgánicas nutritivas a veces
inaccesibles para ellas y que pueden transmitirles mayor vigor fisiológico y
ecológico. Ambos organismos, la planta y el hongo, se benefician.
Así, de acuerdo a Danielsen
(2012), y ante una disminución de recursos de combustibles fósiles, es
importante obtener información sobre la abundancia de cada grupo de hongos en
la rizosf era y de las alteraciones de estas abundancias debido a modif
icaciones f orestales en plantaciones con propósito de biomasa.
Viéndolo así, la comunidad
de hongos de la rizosfera de Don Chopo cobra otra dimensión.
La comunidad fúngica y de
demás seres microscópicos y microinvertebrados que son parte del tesoro oculto de
Don Chopo, su mundo rizosférico, es un reservorio genético de
valor incalculable.
Su destrucción sería una
gran pérdida de biodiversidad y también económica, pues como ya lo hemos dicho
anteriormente, la diversidad de especies es dinero constante y sonante.
Y esto no debería ser
permitido bajo ninguna circunstancia.
Pero el valor de Don Chopo
va más allá de lo económico.
Don Chopo está por encima del total de los humanos
Los seres no humanos le agregan al total. Y los seres humanos le restan
al total. Comprender esta totalidad es nuestro deber si queremos seguir siendo
parte de la Totalidad.
Y Don Chopo es total en la
Totalidad de muchas maneras.
Las ramas de Don Chopo sirven de cobijo para nidos de varias especies de
aves, cuervos (Corvus corax), cornejas (Corvus corone),
urracas (Pica pica), entre otras.
Y a lo largo de año, diferentes aves visitan a Don Chopo (Tabla 2).
Algunas especies como los gorriones comunes (Passer domesticus) buscan
pequeñas arañas, insectos y larvas entre las ramas y el follaje y otras como
los agateadores comunes (Certhia brachydactyla) lo hacen escalando de
abajo hacia arriba en la gruesa y corrugosa corteza del árbol. En otros casos,
las aves se valen del árbol para anidar y cantar (e.g., Corvus corax) o
simplemente lo utilizan para posar, como un mirador (e.g., Streptopelia
decaocto) o vivienda (e.g., Athene noctua).
Tabla
2. Actividades de algunas especies de aves asociadas a Don Chopo
(Populus
nigra)
en el Camino Corona de los Cuervos de Jaca (Huesca, España) en
2013. Clave: ●,
presente.
Actividades de las aves: 1,
búsqueda de alimento; 2, lugar para vivir; 3, nidificación; 4,
mirador o posadero; 5, limpieza de plumas; 6; cantar. Basado en
observaciones personales.
|
||||||||||||
Especie
de aves
|
Mes
del año
|
|||||||||||
E
|
F
|
M
|
A
|
M
|
J
|
J
|
A
|
S
|
O
|
N
|
D
|
|
Gorrión común (Passer domesticus) |
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
Herrerillo común (Parus caeruleus) |
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(4)
|
||||||
Carbonero común (Parus major) |
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
|
●
(1)
|
●
(1)
|
||||||
Chochín
(Troglodytes
troglodytes) |
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
||||||||
Petirrojo
(Erithacus
rubecula) |
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
|||
Ruiseñor común (Lucian megarhynchos) |
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
||||||||
Mirlo
común
(Turdus
merula) |
●
(4,6)
|
●
(4,6)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
||||||
Zorzal común (Turdus philomelus) |
●
(1,4)
|
●
1,4)
|
●
1,4)
|
●
|
●
1,4)
|
|||||||
Ruiseñor bastardo (Cettia cetti) |
●
(4)
|
●
(4)
|
||||||||||
Curruca carrasqueña (Sylvia cantillans) |
●
(1)
|
●
(1)
|
||||||||||
Curruca zarcera (Sylvia communis) |
●
(1)
|
●
(1)
|
||||||||||
Trepador
azul
(Sitta
europaea) |
●
(1)
|
●
(1)
|
||||||||||
Agateador común (Certhia brachydactyla) |
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
||||||
Urraca
(Pica
pica) |
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
Pinzón
vulgar
(Fringilla
coelebs) |
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
●
(1,4)
|
||||||
Pito
real
(Picus
viridus) |
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
|||||||||
Pico
picapinos
(Dendrocopos
major) |
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
●
(1)
|
|||||||
Corneja
(Corvus
corone) |
●
(4,6)
|
●
(4,6)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4,6)
|
●
(4,6)
|
●
(4,6)
|
|||||
Cuervo
(Corvus
corax) |
●
(4,
6)
|
●
(4,6)
|
●
(4,6)
|
●
(3)
|
●
(4,6)
|
●
(4,6)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
||||
Estornino pinto (Sturnus vulgaris) |
●
(4,6)
|
●
(4,6)
|
●
(4,6)
|
|||||||||
Tórtola turca (Streptopelia decaocto) |
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
●
(4)
|
||||||
Mochuelo real (Athene noctua) |
●
(2)
|
●
(2)
|
●
(2)
|
●
(2)
|
Obviamente, Don Chopo es una parte de un
total y a la vez es un total. Y si es parte de un total y un total que va más
allá de lo que nosotros entendemos por total es porque Don Chopo es total.
Don Chopo está por encima de nuestro total.
Don Chopo está por encima del total de los humanos.
Don Chopo, un megaingeniero de ecosistemas
Todo lo anterior nos conduce a una visión
que va más allá de lo que hasta ahora hemos podido captar con nuestros
diminutos sentidos.
Estamos atrapados en una red construida por
nuestros propios cerebros. Y lo que éstos integran incluso con los aparatos
mecánicos que son extensiones de nuestros sentidos son esfuerzos prosaicos para
comprender lo que nos rodea.
Somos nosotros los humanos tan pequeños y
en nuestra pequeñez podemos divagar, discurrir e hilvanar en base a nuestras
pequeñas proteínas neurológicas, podemos jugar con posibilidades que bien
podrían ser posibilidades realizadas en una realidad que está más allá de
nuestra realidad.
Considerando que tanto los árboles como las
aves son pequeños paquetes de energía organizada, autoregulable y templada
alrededor de moléculas de ADN que actúan como temporalizadores de la materia
ondulante que les envuelve en nuestra densidad o dimensión, cuya información
procede de un desconocido hiperespacio, según algunos investigadores rusos y
finlandeses (Gariaev et al., 2007; Pitkänen, 2008), desde el punto de
vista de la física y genética de ondas, que sepamos nadie se ha puesto ha
estudiar el impacto cuántico que, por ejemplo, el simple posar de una ave
causa sobre la matriz energética del árbol y del ave y de los alrededores a la
vez.
Sería algo así como tocar suavemente la
cuerda de una guitarra, donde la mano sería el pájaro y la guitarra el árbol.
La cuerda sonaría, por decirlo así, al posar un pájaro sobre un árbol. El
contacto de las “patas” del “animal” con la rama produciría una oscilación en
la membrana energética del “árbol” y su contorno.
Entre lo poco que se ha llegado a
descubrir, aunque no en la línea cuántica, y que ha interesado al Departamento
de Defensa nada menos es la infinita cantidad de información que una sóla
planta de trigo (Triticum aestivum) con ca. 500 km de masa radicular
y en crecimiento genera e integra del vasto campo de información incluyendo a
las otras plantas de trigo que le rodean. ¡Y ante semejantes cantidades de
información las computadoras cuánticas aún se quedan cortas!
Es decir, en un trigal existe una internet
radicular construida por las plantas mismas y nadie sabe cómo ellas
integran tanta información (e.g., disponibilidad de minerales en el suelo;
hacia dónde dirigir las raíces para buscar alimento en el suelo; cuándo abrir y
cuándo cerrar las estomatas de las hojas; a qué velocidad y cuándo crecer;
cuándo, cuáles y qué moléculas producir en las raíces para interactuar con o
evitar cuáles bacterias de la microflora del suelo; etc., etc.)
Poco a poco los científicos se van dando
cuenta que las plantas no son simples robots biológicos sino que son seres
complejos con su propio mundo que no coincide con nuestro mundo, incluso hay
quien dice que tienen el equivalente de un cerebro y lo que se podría llamar
sentimientos.
Las plantas de trigo, por ejemplo, segregan
lectina (aglutinina germinal de trigo, wheat germinal agglutinin, WGA)
en sus raíces en su medio edafológico. Esta sustancia es producida para
interactuar con microflora patogénica y rizobacterias estimulantes de
crecimiento, según Antonyuk & Evseeva (2006).
En Rusia, estos investigadores (Antonyuk
& Evseeva, 2006) han encontrado que la molécula WGA sirve como una señal
molecular para la rizobacteria llamada Azospirillum brasilense, la cual
forma simbiosis endofíticas y asociativas con las plantas de trigo.
Esto ocurre en un trigal. Ahora pasemos a
otros organismos aparentemente menos complejos y veamos las nuevas sorpresas.
Por ejemplo, ¿qué ocurren en el mundo de
los microorganismos? ¿Qué hay de nuevo?
Recientemente unos investigadores encabezados
por el Dr. Andrew E. Pelling del Departamento de Química y Bioquímica de la Universidad de
California en Los Angeles se han quedado sorprendidos cuando encontraron que la
pared celular de las levaduras de pan (Saccharomyces cerevisiae),
microorganismos de 5 micrones de tamaño, ronroneaba rítmicamente
(0.8-1.6 kHz) y que la periodicidad de la vibración estaba dentro del rango del
oído humano [20-20,000 vibraciones por segundo (Hz)].
Su investigación cae dentro del nuevo campo
de la ciencia denominado Sonocitología.
Uno de los investigadores, el Dr. James K.
Gimzewski, ha dicho que la música que “ellas”,
refiriéndose a las Saccharomyces cerevisiae, “realmente producen
un tipo de música y que la podemos oír” y que es “increíble”
y “bella”.
¿Y hacia dónde nos podría llevar esta nueva
ciencia?
La sonocitología tiene el potencial
de ser empleada para diagnosticar la metabolización del ATP (la moneda de las
células) en las células cancerosas. Las células enfermas con cáncer metabolizan
más rápido la molécula de ATP, de acuerdo al Dr. James K. Gimzewski.
Pero volvamos a nuestro caso, Don Chopo.
Entonces, nos podemos preguntar:
Si un pájaro “aterriza” sobre Don Chopo,
¿qué tipo de vibración produce? ¿Cuál sería el efecto de su interacción en toda
la matrix energética que les envuelve o sujeta? ¿Cambian o se mantienen
estables los campos energéticos de cada uno, es decir el aparente “árbol” y
“pájaro”?
Decimos “árbol” y “pájaro” porque nadie
sabe en realidad cuál es su verdadera apariencia más allá de nuestros sentidos.
De seguro los insectos, por ejemplo, no los ven como nosotros.
Además, debemos tomar en cuenta que ambos
son conceptos, construcciones de nuestro cerebro y tenemos el problema del
lenguaje y cualquier lenguaje tiene límites para comprender la densidad o
realidad que nos envuelve, si es que existe tal cosa.
Lo que vemos son apariencias, pues eso es
lo que hemos aprendido a ver y la manera como nuestros cerebros están cableados
para integrar la información emanada de esos paquetes de energía que son
ambos organismos, el árbol y el ave.
Todo esto permanece en la oscuridad, pues
por el momento las ciencias biológicas estás enfrascadas en la genómica, todo
lo que tenga que ver con el ADN.
Los que manejan la economía global han
olido mucho dinero en este renglón y tiran y hacen tirar hacia esa dirección.
Si se iluminaran los que mueven los hilos
de esta maldita economía ciega global, tal vez algún día tirarían y harían
tirar hacia la armonía de la rueda de la vida.
Siendo así, el próximo paso posiblemente
sería el estudio profundo energético desde la perspectiva cuántica, integrando
nuestra densidad (dimensión) con el hiperespacio.
Estamos hablando de una Biología
Hiperespacial. Un modelo integrado con una nueva visión del cosmos, en la
dirección del llamado universo consciente del investigador finlandés
Matti Pitkänen (2010), el TGD como un Consciente Holograma (TGD,
Topological Geometro-dynamics, topológico geometrodinámico).
Una visión marchando hacia un entendimiento
y comprensión que nos conduzca en la dirección de una armonía con la Totalidad que nos rodea.
Un mundo donde personas iluminadas y
amorosas conduzcan al rebaño de humanos y no individuos o pandillas de
individuos mezquinos, egoístas, ignorantes, prepotentes, psicópatas,
desconectados emocionalmente de la Naturaleza, acérrimos defensores del status
quo y de la economía canibalística moderna, y con una mentalidad
anquilosada sin Luz tal como ocurre en la actualidad.
Pero desgraciadamente si en los últimos
2,000 años no ha ocurrido tal cosa, dudamos que ocurra en el futuro. Es sólo
una utopía.
La sacerdotes de la ciencia seguirán en lo
que seguirán hacia un futuro donde pueda que el hombre no tenga futuro.
Seguirán bajo la batuta y comiendo de la
mano de los amos del planeta, esos que no comprenden lo que deberían
comprender.
Amos ciegos, esclavos del dinero, generalmente satanistas
y pedófilos, gente que no comprende en toda la absoluta profundidad de que si
tocan la Totalidad
de una manera que no va de acuerdo con las reglas de la Totalidad ellos y los
demás humanos se quedarán sin su parte de la Totalidad.
Y la Rueda de la Totalidad continúa girando. Por el momento,
nosotros estamos investigando sobre estas interacciones cuánticas del Universo
Consciente con modelos matemáticos.
Obviamente, el Universo no es lo que nos
parece. Podríamos decir que habitamos un enorme “campo de energía consciente”.
Y nos quedamos cortos en cuanto a esta
terminología, pues otra vez entramos en el mundo del lenguaje para expresarnos
y cualquiera que sea el que usemos sólo tiene simbología para lo que alcanzamos
a atisbar de nuestra densidad (realidad).
¿Campo? ¿Qué es un campo?
Por ejemplo, utilizamos la palabra “campo”
para ciertos juegos de batallas ritualísticas y sin embargo un campo de energía
desde el punto de vista de la
Física es diferente a un campo de balompié. Son dos cosas muy
diferentes.
Lo que podemos atisbar con nuestros
sentidos es que hay una infinita cantidad de información que emana de este
campo energético que nos envuelve.
Nuestros sentidos la captan y la envía al
cerebro y crean una “realidad”, nuestra realidad o densidad, que bien podría
ser más que un simple juego de un demiurgo desconocido que juega con nosotros
como mascotas.
Pero dejemos estas cosas de lado. No vaya a
ser que acabemos donde no nos entendamos aunque sí sería bueno que nos
entendiésemos en lo que deberíamos entendernos para entender lo que todos
deberíamos y debemos entender. No obstante, sea como sea, son absolutamente
importantes.
Lo que sí está claro que la interacción de
los seres humanos con este campo de energía crea caos en la Tierra. Sin olvidar
que en el mundo de Maya todo es apariencias.
Es lo que podemos percibir y lo cual ya
está bien documentado. Algo que al fin y al cabo, sumando todas las
interacciones si no son para el bien común y el mantenimiento de la Biosfera son
irreleventes.
En cambio, la interacción de los seres
no humanos crea armonía cuando al final se suman todas sus interacciones en
el planeta Tierra.
Sería algo así como que la actividad del
hombre en la Tierra
hace que gire la rueda de manera caótica, sin armonía. El violín del hombre
produce una melodía horrible.
En cambio, la suma de las interacciones de
todos los seres no humanos en la Tierra hace girar a la
rueda de una manera armónica. El violín de los no humanos crea melodías
infinitamente bellas. Y estás ondas escalares producen una Biosfera viable para
la vida.
Siendo Don Chopo una parte de esa rueda que
crea armonía, entonces es un eslabón imprescindible.
Por lo tanto, nosotros consideramos a Don Chopo (Populus nigra.)
como un Megaingeniero de Ecosistemas en el planeta Tierra. Y El y Sus
Hermanos lo son.
Resumiendo, Don Chopo es un sujeto y no un objeto, por lo tanto
merece todo nuestro respeto.
En cuanto a nosotros, respetamos absolutamente a Don Chopo. Comprendemos
su inmensurable valor. No lo molestamos.
Pero hay algunos ignorantes vecinos en el Camino Corona de los Cuervos
de Jaca que ven un enemigo en Don Chopo y quieren matarlo, derribarlo a toda
costa.
Por el momento, la vida de Don Chopo pende de un hilo y esperamos que el
Alcalde de Jaca proteja la vida de este hermoso, bellísimo y centenario árbol.
Más aún ante el futuro proyecto de urbanización insostenible del
Levante Sur en Jaca (Huesca, España).
No nos queda más que decir un par de cosas más:
¡Un saludo a Don Chopo!
¡Gracias Don Chopo!
¡Loor a Don Chopo!
¡Viva Don Chopo!
¡Larga vida a Don Chopo!!!
UNA PROPOSICION PARA EL AYUNTAMIENTO
DE LA NOBILISIMA
CIUDAD DE JACA (HUESCA), ESPAÑA
Proponemos al Sr. Alcalde de Jaca, Excmo. Sr. D. Victor José Barrio
Sena, que Don Chopo, nuestro amable, generoso y extraordinario
hermano y amigo del vecindario Camino Corona de los Cuervos, y por supuesto
también a cualquier árbol centenario en la ciudad, sean nombrados Honorables Ciudadanos de Jaca y que declare
a Don Chopo y a sus hermanos Monumentos
de la Biosferidad.
No decimos Patrimonio de la Humanidad como lo
suele hacer la UNESCO
porque se quedan cortos, porque nuestra especie, Homo sapiens, como nos hacemos llamar taxonómicamente, es sólo
una entre las miles que habitan en la Tierra.
Por este motivo preferimos la palabra Biosferidad, abarcando todo el tejido de los seres vivos, la
hidrósfera, litósfera, rizosfera, filosfera, atmósfera… en fin, toda la
delicada capa de Vida de la
Tierra (Aqua).
Nombrarlos Honorables Ciudadanos
de Jaca es simple. No requiere nada más que el deseo de preservar la Biodiversidad
de los alrededores de la
Nobilísima Ciudad de Jaca, Huesca (España).
Señor Alcalde de Jaca, D. Victor José Barrio Sena, visitad a Don
Chopo, miradle en su grandeza, apreciadle en toda su belleza y haced una
sencilla ceremonia y colocadle al lado una Placa
Conmemorativa donde diga que Don Chopo queda Protegido por la Ley
de por Vida.
Si algo amenaza la integridad personal de Don Chopo, nuestro querido
hermano y amigo, en el Camino Corona de los Cuervos, somos nosotros los
humanos. Nuestra miopía Biosférica es apabullante.
Se acusa a Don Chopo injustamente de ser una amenaza. Diríamos todo lo
contrario. Nosotros los humanos somos su amenaza.
Y en el caso de que el Ayuntamiento de Jaca ceda y proceda de acorde a
miedos de los vecinos del Camino Corona de los Cuervos y en base a los
criterios de personas supuestamente entendidas, aunque éstas nunca se hayan
tomado la molestia en su vida de aprender sobre la biología profunda de los
Chopos (Populus spp.) ni mucho menos
de estudiar las raíces de los árboles, por supuesto estando conscientes de la
fragilidad de las ramas de estos árboles ante presiones mecánicas excesivas,
sugerimos que hagáis una poda científica de las pocas ramas secas (¡no carnicería
vegetal de inexpertos como a veces suele ocurrir en el Parque de Membrilleras!)
y con sabiduría, una virtud no aprendida en la escuela. Aunque lo mejor es
dejar a Don Chopo en paz.
Por favor no matéis a Don Chopo.
A vos. D. Victor José Barrio Sena, a vuestro equipo de trabajo del
Ayuntamiento, y a todos nosotros en general, en una época que se habla tanto,
a veces lamentablemente demasiado y sin ningún sentido y entendimiento, de
Biodiversidad y Conservación, nos corresponde demostrar que sí habemos
entendido el mensaje de la Nueva Visión
de la Visión Biosférica.
Y la mejor manera de demostralo es respetando la vida de Don Chopo y el
Universo que alberga, un árbol centenario a quien los humanos que habitan la Ciudad de Jaca deben mucho
por sus Servicios Ecológicos.
Gracias de antemano por vuestra consideración de nuestro mensaje.
Agradecimientos
A la profesora Sra. Profesora doña Milagros S. Trullén le doy las
gracias por su inmensa hospitalidad y bondad y por las fotografías de Don Chopo
en España.
La hospitalidad de numerosas personas en España, especialmente a don
Marcelino Asensio y familia, don Policarpo Aranda y familia, don Julian Abad
Pardo y familia, don Manuel Gómez (Q.E.P.D.) y familia, entre otros, extiendo
mis agardecimientos.
Entre mis mentores de postgrados y amigos de grata memoria extiendo un
profundo recuerdo a los Dres. Robert J. Russell y Daniel H. Stern. Al Dr.
William E. Duellmann agradezco haberme abierto las puertas de su museo en KU,
cosa que cambió el rumbo de mi vida. A mi querido y recordado amigo y
consejero, el Dr. Hobart M. Smith, quien hace poco emprendió el Viaje de No
Retorno, doy las gracias y rindo mis profundas plegarias. Todos ellos
pertenecientes a los grandes linajes académicos de Norte América.
A mis queridos y recordados padres por haberme inculcado el amor hacia la Naturaleza, millones de
gracias. Y a todos, mi familia y amigos a lo largo y ancho del bello planeta:
Hogar dulce hogar, sinceramente os digo: ¡Gracias a todos!
Este sencillo estudio aún en progreso no hubiese sido posible sin la
colaboración de la familia Sánchez Trullén en España.
Mi visión personal del universo no podría estar donde está hoy de no ser
por los inmensos granos de arena de cada uno de ellos.
¡Nuevamente, infinitas gracias!
Paz verdadera.
Referencias
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